Para los verdaderos aficionados al mundo del motor y de la competición, el piloto alemán Walter Röhrl, dos veces campeón del mundo del WRC, con un Fiat 131 Abarth en 1980 y con un Opel Ascona 400 en 1982, es un auténtico icono del mundo de los rallies.
Como muchos sabréis, Röhrl sigue trabajando con Porsche, uno de los fabricantes con los que también compitió en su día, y precisamente ahora, el piloto se ha reencontrado con uno de sus viejos coches de rally, cuatro décadas después de haberlo pilotado en competición. Hablamos concretamente de su Porsche 924 Carrera GTS Rally de 1981.
Galería: Porsche 924 Carrera GTS Rally de Walter Röhrl
Precisamente el día 15 de mayo de 1981, hace hoy 40 años, este coche que pertenecía al Museo Porsche, ha sido restaurado por completo y luce la decoración original Monnet en negro y dorado, se situaba en la rampa de salida del Rallye Internacional ADAC Metz con Walter Röhrl al volante y Christian Geistdörfer como copiloto. Aquel mismo año, Röhrl conseguiría cuatro victorias: Hessen, Serengeti, Alemania y Báltico.
Al año siguiente, ambos se fueron a Opel, pero el 924 Carrera GTS siguió compitiendo, siendo su última carrera el Rallye Boucles de Spa, en 1982, con Jacky Ickx al volante. El modelo se 'jubiló' el 27 de agosto de 1982 y fue a parar al museo de la marca, tras pasar por el taller para quitar la decoración azul 'Gitanes' y devolverlo a la original de la firma de coñac Monnet.



Hasta la reciente restauración en el Centro de Desarrollo de Weissach, tanto la pintura como todos los componentes mecánicos del coche se mantuvieron inalterados. Algunos elementos, como los arneses de seguridad, en color rojo y con las iniciales 'R' y 'CG' bordadas (en alusión a Walter Röhrl y Christian Geistdörfer), son los originales, y por eso están descoloridos por el sol y por el paso de los años.
El coche de rally estaba basado en el 924 Carrera GTS que, en el año 1981, era el modelo más caro de la gama Porsche, con un precio de 110.000 marcos alemanes. Este 924 Carrera GTS Rally, que salió de fábrica el 12 de diciembre de 1980 y fue el quinto de los nueve prototipos producidos, montaba un motor turboalimentado de 2,0 litros y cuatro cilindros, y actualmente tiene 10.371 kilómetros en el marcador.

Durante la restauración también se revisaron o reconstruyeron diversos componentes. Si bien el motor y el turbocompresor KKK 26 estaban en perfecto estado, la caja de cambios hubo que desmontarla, y se completó con un embrague de carreras nuevo y unos neumáticos con diseño de la época que Pirelli guardaba en sus almacenes, en medidas 255/55 R15.
Entre las particularidades de este 924 destacan los brazos del eje trasero con protecciones de fibra de vidrio, las protecciones metálicas de los bajos (para cárter y caja de cambios), un sistema de suministro de combustible tomado del motor V8 del Porsche 928 o un depósito de aceite del sistema de cárter seco que estaba ubicado en la parte trasera y se rellenaba mediante una pequeña boca junto a la cerradura del maletero.

A principios del mes marzo, el equipo del Museo Porsche y Roland Kussmaul (piloto e ingeniero que construyó el coche en 1981) sorprendieron a Röhrl con el Porsche 'Monnet', homologado para ser utilizado en carretera, como regalo en su 74 cumpleaños.
"Fue algo totalmente inesperado. Conduje por última vez el coche hace 40 años y no me había vuelto a sentar en él desde entonces. Así que me quedé asombrado cuando Roland apareció de repente con este automóvil", afirma el propio Walter Röhrl, encantado.
"Este coche me abrió la puerta a Porsche. Por eso siento un vínculo especialmente fuerte con él. Para mí, es un viaje al pasado. Inmediatamente me siento 40 años más joven".

"Como piloto de coches con motores atmosféricos, las características de los propulsores turboalimentados me volvían loco en aquella época. ¡El retraso del turbo era enorme! Para salir rápidamente de las curvas, tenías que empezar a acelerar poco antes de la entrada y mantener siempre alto el régimen del motor".
"El coche fue rápido desde el principio", continúa Röhrl. "En un primer momento contábamos con 250 CV, luego logramos incluso superar esa cifra, pero los puntos fuertes del 924 eran su comportamiento y su capacidad de tracción, por encima de la potencia. Y todo funcionaba a la perfección, como es habitual en Porsche", concluye el alemán.