Puede resultar bastante 'simple' calificar los años 70 como la era de la tracción delantera, pero sin duda fue la década en la que se produjeron las mayores y más radicales transformaciones técnicas e industriales en los grandes coches de producción. Basta pensar en Volkswagen, que entre 1973 y 1975 pasó del Escarabajo al trío Polo, Golf y Passat.
Con Fiat sucedió más o menos lo mismo, ya que muy pocos años antes también la empresa turinesa empezó a revolucionar la arquitectura de sus coches en los segmentos clave: con el 128, lanzado en 1969 para sustituir al tradicional 1100, debutó el esquema con motor delantero transversal y tracción delantera; dos años después, con el 127, esta filosofía llegó también a la categoría inferior, los utilitarios. Sin pasar por alto que el 127 también se construyó, bajo licencia, por SEAT, siendo un coche muy popular en España.
Galería: Fiat 127 (1971-1987)
Concepto moderno
En el caso del 127, conocido internamente por el código de proyecto X1/4, la transformación con respecto al modelo que sustituyó, el apreciado pero ya anticuado 850, fue todavía más radical. Lo que cambió por completo no fue solo la disposición mecánica, sino también la estructura y el chasis.
Eran muy similares a las de los coches actuales, incluso casi mejores: para las suspensiones, por ejemplo, el 127 combinaba un esquema McPherson con un eje trasero con ruedas independientes, algo bastante raro hoy en día cuando, por razones de costes, en la parte trasera se prefieren simples ejes torsionales.
La disposición 'todo delante' permitió compactar la mecánica como nunca antes y reducir su tamaño, con un resultado en dimensiones similares (con 3,59 metros, el Fiat 127 era solo 2 centímetros más largo que el 850). Además, la carrocería ofrecía un espacio considerablemente mayor y un maletero más generoso. A partir de 1972 se hizo aún más accesible con el lanzamiento del modelo 3 puertas, una variante equipada con un gran portón trasero en lugar de la tapa de maletero del modelo básico.

Justo 1972 fue el año de la consagración, con la elección como 'Coche del Año', obtenida entre otras cosas con una puntuación récord, 239 puntos, que sería superada solo ocho años después por el Lancia Delta. Pero si había muchas innovaciones técnicas, lo que llamaba la atención en el 127 seguía siendo principalmente la línea: menos redondeada que la de los modelos anteriores, se caracterizaba por la forma de portón trasero y la tendencia descendente de la cola que, ni que decir tiene, había hecho escuela.
El motor con el que debutó el 127 en la primavera de 1971 derivaba del que tenía el 850 Sport: era un 4 cilindros con 903 cm3 y 47 CV de potencia, con una caja de cambios de cuatro velocidades. El conjunto permitía alcanzar una velocidad máxima de 140 km/h y fue el único motor disponible durante toda la primera generación.

Se mantuvo en producción hasta 1977, alcanzando el umbral del millón de unidades ya en 1974, pero sin ninguna novedad especial, salvo la ya mencionada versión de tres puertas y el acabado Special, más generoso, introducido en 1975.
Crece la oferta
La segunda generación, introducida en 1977, amplió la gama en parte gracias a la colaboración con SEAT, que produjo el modelo bajo licencia y realizó algunas variantes adoptadas por Fiat para la gama italiana. Nos referimos a los modelos de cuatro puertas (disponibles en realidad a partir de 1976) y de cinco puertas (a partir de 1980), que flanqueaban a los modelos clásicos de dos y tres puertas para un total de cuatro carrocerías, combinadas con tres niveles de acabado denominados L, C y CL.
La oferta mecánica también aumentó, donde el renovado 903, reducido a 45 CV por los ajustes de las normas anticontaminación, se emparejaba con un nuevo motor de 1.049 cm3 , fabricado en Brasil, con unos 50 CV de potencia.

Precisamente este motor, en 1978, había sido la base de la primera versión deportiva del 127, el mítico Sport: una serie de intervenciones, entre ellas un carburador diferente, elevaron la potencia a 70 CV, suficientes para competir con su primo, el Autobianchi A112 Abarth, con la misma potencia aunque más pequeño. Por otro lado, el equipamiento incluía alerones delanteros y traseros, volante y llantas deportivas, carrocería negra y letras rojas o la combinación menos común de gris/negro.
La vida comercial del 127 a principios de los 80 estaba lejos de llegar a su fin. A pesar del lanzamiento de otros coches como el Ritmo y el Panda y de la llegada del Uno, modelos con los que Fiat seguiría reforzando su presencia en los segmentos inferiores del mercado, todavía hubo espacio para una tercera generación, que llegó en 1982.
Sin embargo, poco antes, y más concretamente con el modelo de 1981, la gama se había ampliado de nuevo con tres importantes novedades: el motor 1.3 Diesel de 45 CV y las variantes Panorama y Rustica.

Estos dos últimos, antecesores de los modernos 'station wagon' y 'cross', se basaban en realidad en el 147 (el 127 producido en Brasil para el mercado nacional) y se diferenciaban en varios detalles, incluso estéticos. El Rustica, en particular, tenía un verdadero aspecto de todoterreno, reforzado por los neumáticos específicos, las rejillas de protección delanteras y la suspensión reforzada, casi necesaria en las carreteras poco amigables de Sudamérica.
El Panorama, en cambio, era unos treinta centímetros más largo, para un total de 3,92 metros, manteniendo la misma distancia entre ejes que la berlina y la versión de tres puertas.
La tercera generación, que confirmó esta gama con la excepción del Rustica, presentaba un frontal rediseñado, cambiando la forma de los faros, alargando el morro e introduciendo salpicaderos de plástico, mientras que el Sport estrenó un nuevo motor de 1,3 litros y 75 CV.

El último acto en la historia del 127 fue el lanzamiento, en 1984, de la versión Unificada, una operación que Fiat realizó en varios modelos al final de su carrera, optando de hecho por construir un único coche para todos los principales mercados, en este caso el europeo y el brasileño. La elección recayó, sin embargo, en el automóvil con especificaciones sudamericanas, propuesto con algunos cambios adicionales y una oferta reducida a las carrocerías de tres puertas y Panorama y a los motores 1050 y Diesel.
En el Viejo Continente, el 127 dejó de comercializarse en 1987, aunque la producción brasileña cesó tres años después. En conjunto, el 127 rozó los 5 millones de unidades contando también con las unidades fabricadas en Argentina, Yugoslavia (Zastava), Polonia y, por supuesto, las comercializadas por SEAT en España.

En el caso de SEAT, debemos recordar que se consideraron 127 producidos hasta los primeros meses de 1981, año en el que el acuerdo entre las dos empresas llegó a su fin y SEAT tuvo que cambiar los nombres y modificar la apariencia de los vehículos producidos bajo licencia hasta poco antes, aunque técnicamente siguieran siendo en gran medida los mismos. Por lo tanto, el Fura, producido de 1981 a 1986, ya no es oficialmente un 127 aunque represente su continuación.
Fuente: Motor1.com Italia