Seguro que últimamente estás escuchando que ahora es el mejor momento para comprar un coche nuevo, porque a partir del 1 de enero de 2021 aumentarán de precio. No, no se trata de un encarecimiento tradicional por el IPC, sino de una subida mucho mayor, que podría ser de un 4% de media.

¿El motivo? La entrada en vigor del ciclo WLTP, a partir del cual se aplica el impuesto de matriculación en cada vehículo, en función de las emisiones de dióxido de carbono. Como esta homologación es más real que la actual NEDC, eso significa que los resultados son más elevados, de ahí que se incrementen las tarifas finales.

Una solución que plantean los fabricantes es subir la clasificación establecida, que señala que a partir de 121 g/km de CO2, se tributa el 4,75% del impuesto de matriculación. En concreto, las firmas señalan una nueva marca de 141 g/km para empezar a pagar esta tasa.   

Otra alternativa es que el Ministerio de Industria dé el visto bueno a otra moratoria para retrasar la entrada en vigor de esta homologación. No sería la primera, pues en septiembre de 2018 ya se produjo una.

Según los cálculos hechos por GANVAM (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios), entre un 10% y un 20% de los coches que ahora mismo no pagan este impuesto, lo harán a partir del 1 de enero. 

Ante este más que probable incremento de precios, las marcas podrían asumirlo con diferentes campañas comerciales, cuyo fin es que no bajen radicalmente las cifras de ventas. Eso sí, estas ayudas a los clientes deberían venir acompañadas por fondos gubernamentales para sufragarlas, al menos parcialmente.

El objetivo sería parecido al del Plan PIVE, que promocionaba con dinero la entrega de un vehículo usado para darlo de baja al comprar uno nuevo. El caso es que los concesionarios sigan comercializando coches sin que resientan mucho las cifras. 

El punto positivo del ciclo WLTP es que los clientes pueden conocer mejor el consumo real de los vehículos que les interesan. Antes, bajo la homologación NEDC, la diferencia entre la cifra oficial y la 'verdadera' podría estar cerca de los 2,0 litros cada 100 kilómetros. 

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