En 1970, Citroën lanzó el GS. Dos años más tarde, en 1972, Bertone presentó un concept car derivado de este modelo. Su nombre era Citroën GS Camargue. Por su fisonomía, podría haber sido la versión coupé de este vehículo, con 2+2 plazas, pero desafortunadamente la marca francesa no lo lanzó al mercado. 

Los trazos generales del coche se los debemos a Marcello Gandini, el diseñador del mítico Lamborghini Countach, lanzado también en los años 70. El GS Camargue lucía la insignia de los chevrones en el frontal, pero su estética difería bastante del GS convencional y de los vehículos que Citroën solía crear. 

Los elementos del modelo que más sorprendieron a los aficionados fueron los faros, así como la zaga, en la que surgía un gran techo de cristal y dos laterales también con una destacada superficie acristalada.

A pesar de sus líneas afiladas y su silueta atlética, el Citroën GS Camargue no destacaba por su potencia. Bajo el capó, había instalado un motor de cuatro cilindros con tan solo 1.055 cm3, que desarrollaba una modesta cifra de 55 CV.  

Por cierto, este automóvil tomó del GS convencional el salpicadero, la famosa suspensión hidroneumática, así como el equipo de frenos y la dirección.

El prototipo medía 4.115 milímetros de longitud (poco más que un C3), 1.680 de anchura y únicamente 1.150 de altura. A pesar de que su aspecto era bastante interesante, no sedujo a Citroën y se quedó como un prototipo.

Después de él, Bertone pasó a diseñar otros modelos para diferentes marcas, como el Volvo Tundra, antes de 'regresar' a Citroën, creando los BX, XM, ZX y Xantia, que salieron años después.

Ante la negativa de Citroën, Bertone dio el nombre Camargue al fabricante Rolls-Royce. El coupé británico se lanzó en 1975 aunque, irónicamente, no lo concibió Bertone, sino Pininfarina. Las ventas fueron decepcionantes: después de más de 10 años en el mercado, se matricularon poco más de 500 unidades. Desde entonces, esta denominación ha desaparecido del mundo del automóvil.