A pesar de que muchos eventos planeados para este verano, y también para otoño, han sido cancelados debido a la compleja situación actual, la cita de tuning más importante de Estados Unidos parece que sigue en pie. Hablamos del SEMA Show (Specialty Equipment Market Association), que se celebra cada año en Las Vegas y que está planeado para principios de noviembre.
Una de las creaciones que, en principio, serán mostradas en la cita de la ciudad de los casinos, es esta bestia con nombre de canción de Deep Purple: Highway Star. Un coche desarrollado por Hemi Autoworks y Ellsworth Racing, tomando como base componentes de varios coches siniestrados, todos ellos de origen Dodge.
A la vista está que este coche tan especial es una especie de híbrido, pero no un híbrido de los que hablamos habitualmente, que combine un motor térmico con otro eléctrico, sino en el sentido más estricto de la palabra. A fin de cuentas, se trata de una mezcla de tres coches, literalmente. Además, según sus creadores, este modelo competirá en diferentes eventos en Estados Unidos.
El chasis del modelo pertenece a un Dodge Viper de segunda generación, que fue devorado por las llamas, aunque se ha tenido que alargar en 33 centímetros para hacerlo compatible con la carrocería, que en este caso pertenece a un precioso Dodge Challenger original, del año 1970.

Si bien la carrocería estaba en un estado pésimo, repleta de óxido, se ha restaurado por completo, y ahora es bastante más ancha, con pasos de rueda también ensanchados, al tiempo que se ha añadido también un capó de Challenger R/T, que ha tenido que ser modificado para hacer sitio al potente motor que esconde este Highway Star en sus entrañas.
Hablamos de un enorme bloque HEMI V8 "Hellcat", de 6,2 litros, que Mopar vende de forma independiente, como 'crate engine'. Recordemos que se trata de una auténtica bestia de ocho cilindros, sobrealimentada por compresor y capaz de ofrecer una potencia de 717 CV, así como un par máximo de 881 Nm. En todo caso, para esta creación está ligeramente modificado, así que es probable que sus cifras sean todavía más espectaculares.

Este coche también hereda del Dodge Viper otros componentes, como la transmisión T56, manual y de seis velocidades, la suspensión (aunque pretenden añadir unos amortiguadores ajustables, de tipo coilover), el equipo de frenos, las llantas de aleación de 19 pulgadas o el sistema de refrigeración, por ejemplo.
En lo que se refiere al habitáculo, el enfoque es minimalista, ya que incluye únicamente lo justo y necesario. Apenas encontramos una jaula antivuelco, un arnés de seis puntos o un salpicadero bastante básico, con relojes Stewart Warner. Y no, no hay aire acondicionado ni comodidades de ese tipo, más allá de algo de aislamiento térmico y acústico.
Fuente: Ellsworth Racing