Desde la presentación de la primera generación del Dodge Viper, Hennessey ha transformado varios modelos, siempre con un mismo propósito: añadir más potencia en cada proyecto, además de una imagen amenazante. La culminación de estos trabajos fue el Dodge Hennessey Venom 1000, también conocido como Hennessey Viper Venom 1000TT.
Las dos últimas letras son el acrónimo de Twin Turbo, así que ya te puedes imaginar la capacidad de generar potencia de un motor V10 biturbo, debidamente ajustado por un preparador de la experiencia y el prestigio de Hennessey.
El bloque V10 de gasolina, con de 8,5 litros de cilindrada, desarrollaba 1.015 CV de potencia y 1.491 Nm de par motor. En realidad, se trataba del mismo propulsor que el del Viper de 2003, aunque inicialmente ese motor tenía una cilindrada de 8,3 litros. Y lo mejor de todo, es que toda esa catarata de potencia estaba canalizada a través de una caja de cambios manual, de seis velocidades.
Con semejante empuje, el modelo americano era capaz de acelerar, de 0 a 100 km/h, en poco más de 3,0 segundos y de pasar de 0 a 300, en unos impresionantes 25,3 segundos. Además, la velocidad máxima que alcanzaba llegaba a los 346 km/h. Sobran las palabras, ¿verdad?
En los planos estético y aerodinámico, el kit VenomAero jugaba un papel protagonista, aportando una imponente parrilla, así como el difusor y el alerón trasero modificados. El Venom 1000TT también disfrutaba de un sistema de suspensión rebajada, frenos reforzados, control de tracción específico, llantas de aluminio de 19 pulgadas, en el eje delantero, y de 20 pulgadas, en el trasero, además de un diferencial trasero deportivo Quaife.
En el interior, se observaba una tapicería de cuero negro, cinturones de tipo arnés, alfombrillas personalizadas y un sistema de navegación con reproductor de DVD. Y ya te decíamos que estábamos hablando de una edición limitada: concretamente, se fabricaron 24 ejemplares.
Por lo tanto, se podría esperar que el precio de este vehículo, que se vendió en su momento por 225.000 dólares (unos 207.000 euros), se disparase en el mercado de segunda mano, por parte de coleccionistas ávidos por tener semejante 'cohete' en sus garajes... pero no fue así.
Puede que una de las razones, aunque no es fácil aventurarse, fuese que el coche era inadecuado en el momento de su estreno. Ya en 2005, era un vehículo demasiado contaminante como para ser homologado en la mayoría de los estados de Norteamérica, fracasando rotundamente en California, uno de sus principales bastiones.
Una realidad que, suponemos, también sucedería en el resto de países occidentales, con la consiguiente pérdida de potencia, para cumplir con las normativas anticontaminación de la Unión Europea, por ejemplo. Sabemos que una de las 24 unidades fabricadas se vendió por 87.000 dólares (unos 80.000 euros). En concreto, se trataba de un ejemplar descapotable (se produjeron seis), que había recorrido 12.400 kilómetros y que perteneció al exjugador de la NFL, Mario Williams.
En cualquier caso, este excepcional Viper raramente supera un tercio de su valor inicial, lo que lo convierte en uno de los superdeportivos modernos más incomprendidos de los últimos tiempos.