Aunque en tiempos de cuarentena lo último que debería importarnos es el ocio personal, lo cierto es que soñar es gratis y, lógicamente, algunos ya estamos pensando en lo que haremos una vez termine todo. En mi caso, me gustaría dar una vuelta por mis carreteras preferidas con un deportivo de lo más interesante, que me gustó desde la primera vez que lo conduje: el Subaru BRZ.

No es un mito clásico, ni tampoco una bestia atiborrada de potencia, pero, al menos para mí, es todo lo que necesitas para disfrutar al volante. Puede que no sea especialmente barato, y que haya 'hierros' mucho más asequibles que también permiten pasarlo bien en una carretera de curvas, pero si tuviera que elegir un único coche, esta sería mi elección.

Galería: Subaru BRZ Special Edition 2019

Lanzado en el año 2012 junto a su hermano, el Toyota GT86, el BRZ es un deportivo 2+2 de 4,24 metros de largo, cuya principal ventaja, además de ser un vehículo de propulsión, es un peso contenido. No es tan liviano como, por ejemplo, un Mazda MX-5, pero con sus 1.318 kilogramos de peso, se siente suficientemente ligero.

Para muchos, su motor bóxer de cuatro cilindros y 2,0 litros, atmosférico y con 200 CV de potencia y 205 Nm de par máximo, es el talón de Aquiles del coche, porque no resulta especialmente explosivo y tampoco ofrece mucha fuerza a bajo régimen, pero yo soy de los que defiende que no necesita un turbo y que sus prestaciones son más que suficientes para disfrutar al volante.

Subaru BRZ Special Edition 2019
Subaru BRZ Special Edition 2019
Subaru BRZ Special Edition 2019

Es cierto que cuesta encontrar esos 200 CV que hay bajo el capó, ya que el bloque de cilindros opuestos solo parece ofrecer toda esa caballería en un intervalo muy pequeño de revoluciones, en la zona alta del cuentavueltas. No obstante, en esa franja, entre 5.500 y 7.500 vueltas, muestra toda su garra. 

Anuncia un 0 a 100 km/h en 7,6 segundos y una velocidad máxima de 226 km/h. En mi caso, que no sea tremendamente rápido, como otros coches en los que puedes asustarte al mirar el velocímetro tras pisar el acelerador durante unos segundos, es una ventaja. ¿Por qué? Puesto que permite diversión y cierto 'jugueteo' sin necesidad de circular a velocidades endiabladas. 

Subaru BRZ Special Edition 2019

Además, todo tiene un tacto genial y, en su versión con caja de cambios manual (de la automática mejor ni hablamos, ya que no entiendo quién puede optar por ella en un coche así), resulta muy gratificante estirar las marchas para sacar lo mejor del motor. Una sensación muy de la vieja escuela, ya que los coches modernos con turbo van sobrados de respuesta. En este caso, por ejemplo, no hace falta recurrir constantemente al cambio para circular por ciudad, ya que el motor tiene suficiente respuesta disponible, pero sí para una conducción deportiva.

El habitáculo, aunque es pequeño y tiene unas plazas traseras testimoniales, ofrece una postura de conducción ideal, con el asiento en una posición baja y las piernas bien estiradas, así que cumple justamente en el aspecto que tenía que cumplir, el de ofrecer lo mejor al conductor, que es quien disfruta realmente en este coche.

Subaru BRZ Special Edition 2019
Subaru BRZ Special Edition 2019
Subaru BRZ Special Edition 2019

Un modelo que muestra una gran agilidad, que cambia de dirección con presteza y cuya zaga permite algunas alegrías, si bien no es un coche complicado ni que resulte especialmente delicado de llevar rápido. En general, tiene un tacto estupendo, y la puesta a punto es ideal, puesto que tampoco es un coche incómodo para el día a día.

Te puede gustar o no su aspecto, es posible que el consumo (entre 8,0 y 9,0 litros cada 100 kilómetros) te resulte un poco elevado y, desde luego, no ofrece mucho espacio, ni su motor bóxer suena demasiado bonito, pero si de lo que se trata es de sacarte una sonrisa en una carretera revirada, no hay duda de que el BRZ es el coche ideal. Al menos para mí.