Cuando Laurens van den Acker, jefe de Diseño de Renault y padre de la última generación del Clio, llegó a la casa francesa, inmediatamente lanzó un proyecto para rediseñar los modelos de la firma del rombo.
El holandés asumió su cargo en 2009, después de una década bastante sobria, estéticamente hablando, por parte de Renault. Su primer plan fue establecer lo que denominó 'margaritas', que consistió en seis pétalos, correspondientes a seis concept cars diseñados para representar el futuro de la marca.
Aquellos seis coches conceptuales representaban seis propuestas de "ciclo de vida": amor, exploración, familia, trabajo, ocio y sabiduría. Y para simbolizar el amor, van den Acker creó el Renault DeZir, que se presentó en el salón de París en 2010, apenas un año después de que el diseñador asumiera su cargo. Según él, estaba allí para sentar las bases del diseño de la nueva generación de vehículos de Renault.
En cuanto al diseño se refiere, no podemos pasar por alto la identidad de los coches de la casa francesa a partir de 2010, sobre todo con un frontal muy personal, con un imponente logotipo y una parrilla con forma de 'pajarita', que ahora lucen vehículos como el Mégane y el Talismán, inspirados en este concept car. Además, el DeZir también mostraba una compleja e impresionante sección trasera. Ambas puertas disponían de apertura asimétrica.

Este ejercicio de estilo anunciaba una carrocería fabricada en kevlar, que cubría un chasis de acero tubular, con un peso de solo 830 kilos. El interior esbozaba un diseño futurista, con detalles en tonos blancos y rojos.
El sistema de propulsión estaba formado por un motor eléctrico síncrono, con una potencia de 160 CV. Gracias a un coeficiente aerodinámico (Cx) de 0,25, el Renault DeZir podía alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h y acelerar, de 0 a 100 km/h, en apenas 5,0 segundos.

La batería de iones de litio, con una capacidad de 24 kWh, proporcionaba una autonomía de unos 160 kilómetros, y se anunció que la carga duraba unas ocho horas en un enchufe doméstico.
Ese tiempo se podía reducir a solo 20 minutos, para disponer del 80% de la batería, si utilizábamos una toma de corriente trifásica. Además, Renault también contempló el denominado sistema 'Quick drop', que permitía cambiar la batería al instante.


Pero lo más impresionante de este DeZir ha sido la herencia que ha dejado dentro de la marca Renault. Además del diseño que ha inspirado muchos de los modelos actuales del rombo, el DeZir también fue la fuente de inspiración para modelos de competición como el Renault Sport R.S. 01, utilizado en el campeonato Renault Sport Trophy.

Pero hay más. El DeZir también dejó huella en el desarrollo definitivo del prototipo Alpine A110-50, que nació para rendir homenaje al medio siglo de historia de Alpine. Por todos estos motivos, el DeZir se merece un hueco en la dilatada historia de una marca como Renault.