Seguro que si intentas recordar o imaginar cómo eran los coches de los años 30, no te vendrán a la mente modelos con líneas curvas y trazos sinuosos. Más bien, al contrario, los vehículos mostraban un prominente frontal y techos rectilíneos, con lo que la aerodinámica era un apartado que no se tenía en cuenta.

Pero, he aquí que, en 1935, apareció el protagonista de este artículo para dejar boquiabiertos a propios y extraños. Hablamos del Skoda 935 Dynamic, una 'rara avis' en su época, un concept car que se separaba absolutamente de los cánones establecidos. 

Presentado en el salón de Praga de 1935, era una berlina de cuatro puertas que mostraba una acentuada caída del techo, lo que le otorgaba una forma de lágrima. Sin duda, era algo nunca visto en aquella época.

Este punto no era el único destacado del Skoda 935 Dynamic, ya que, a pesar de los 4,86 metros de longitud que declaraba, podía presumir de un peso inferior a los 1.200 kilos. El 'truco' residía en una carrocería de aleación de acero y aluminio.   

En cuanto al motor, era una mecánica bóxer, de cuatro cilindros, refrigerada por aire, que entregaba 54 CV y estaba situada en posición trasera. Gracias a esta buena potencia y a la poca resistencia al aire que oponía el vehículo, no resultaba extraño que alcanzara los 140 km/h de velocidad máxima.  

El habitáculo estaba homologado para cinco plazas, aunque entendemos que las traseras tendrían un espacio algo justo para las cabezas, tal y como hoy sucede en los modernos coches de corte coupé.

Skoda 935 Dynamic 1935

Este ejercicio de estilo nunca llegó a ver la luz. Ten en cuenta que, apenas cuatro años después, comenzó la Segunda Guerra Mundial, por lo que toda la industria automovilística se paralizó por completo. 

La buena noticia es que el vehículo pasó a manos de una colección privada en 1939 y se mantuvo así hasta 2012. En la actualidad, tras recibir una más que merecida restauración, se encuentra expuesto en el museo de Skoda, en la localidad checa de Mladá Boleslav.