El pasado 23 de junio, Chevrolet dio por finalizada la comercialización del Corvette C7 en Norteamérica. De este modo, aprovechó la oportunidad para subastar la última copia que salió de las cadenas de montaje, una unidad muy especial, ya que, con esta generación, también acaba la colocación del motor en el frontal del coche.

Y es que el fabricante lleva meses desarrollando la que pronto será la nueva etapa del Corvette, denominada C8, en la que la mecánica estará situada en posición central-trasera. Al parecer, también están estudiando la viabilidad de una versión con sistema de propulsión híbrido.

El modelo concreto que se ha subastado, de la mano de la casa Barrett-Jackson, ha sido un Chevrolet Corvette Z06, una unidad que salió de fábrica pintada de color negro, mismo tono que podemos apreciar en sus llantas, perfiladas en color rojo, al igual que sus pinzas de frenos de altas prestaciones.

En el habitáculo de este 'muscle car', se recurre a una combinación similar de colores, con un tono negro que se mezcla con el rojo, presente en parte de los asientos, del túnel central y del salpicadero del deportivo.

Por última vez, bajo el capó de esta séptima generación, accedemos al motor de gasolina V8 LT4, de 6,2 litros de cilindrada y 659 CV de potencia. Dicha mecánica, se acopla a una caja de cambios manual de siete velocidades, que envía toda la potencia al eje trasero.

Gracias a este potente y pasional corazón, el Corvette puede acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 4,0 segundos, superando, además, los 300 km/h de velocidad punta.

El último Chevrolet Corvette C7

El precio alcanzado por este Corvette tan especial fue de 2,4 millones de euros, un dinero que se ha destinado a la Fundación Towers, que se dedica a construir viviendas diseñadas para satisfacer las necesidades de los veteranos heridos en enfrentamientos bélicos.

Desde luego, un dinero muy bien invertido...