Si hablamos de coches, cada época tiene su estilo, sus líneas y sus trazos. Rasgos de identidad que, de un primer vistazo, te permiten identificar un modelo con un periodo de tiempo determinado. Por ejemplo, cualquier prototipo que luzca una silueta que recuerde a una cuña, indudablemente, estará unido a los años 70.

Es el caso, por ejemplo, del concept car olvidado que hoy te presentamos. Su nombre es Alfa Romeo Caimano, se presentó en salón de Turín del año 1971 y fue obra del estudio italiano Italdesign. De hecho, el proyecto nació como un encargo de la firma a Giorgetto Giugiaro, para que creara un modelo totalmente radical, sin las ataduras que exigen los modelos de producción.

Y así se hizo, transformando un sencillo sedán compacto en uno de los ejercicios de estilo más icónicos de todos los tiempos. Todo, para alcanzar un estilo inigualable.

¿De qué planeta viniste?

Me imagino a un conductor de los años 70 viendo acercarse al Caimano por el espejo retrovisor y preguntándose si estaba siendo perseguido por algún tipo de vehículo intergaláctico... sin imaginarse que, realmente, se trataba de la creación de un Giugiaro que vivía su momento de plenitud.

Alfa Romeo Caimano 1971

Sus rasgos son inconfundibles: un frontal muy afilado, dos pilares traseros en forma de triángulo... Sin embargo, el elemento más llamativo es el parabrisas panorámico, que recuerda al de una nave espacial de los años 70. Además, como puedes ver en la foto que hay justo encima, puede elevarse por completo para asegurar un acceso óptimo a los pasajeros.

Un esquema mecánico sencillo

Aunque parezca difícil de creer, el Caimano está construido sobre la base de un 'humilde' Alfa Romeo Alfasud, por lo que adopta el esquema de tracción delantera del modelo italiano. Algo que, bajo nuestro punto de vista, podría restarle un poco de prestigio al conjunto. Pero ese es un detalle del que nadie tiene por qué enterarse...

Alfa Romeo Caimano 1971

También era humilde la mecánica que escondía bajo la carrocería, ya que se recurría a un motor 1.3 de gasolina, con 86 CV de potencia.

¿Cómo lo compensaba? Con detalles futuristas, como un cuadro de instrumentos bastante especial, en el que los valores se mueven de manera horizontal, gracias a un sistema de cilindros. Sin duda, excentricidades propias de un coche inolvidable