El escenario no podría ser más incoherente. Estoy frente a un Porsche 911 GT3 RS de color Lizard Green, con un enorme alerón, frente al Porsche Experience Center, situado a unos 110 kilómetros del Círculo Polar Ártico, en Finlandia. No sabemos la razón por la que Porsche ha presentado su automóvil de propulsión trasera más idóneo para un circuito, en un escenario tan gélido. Pero no vamos a discutir, puesto que vamos a ser los copilotos de Walter Röhrl.
En caso de que no sepas el coche del que estamos hablando, te informamos que se trata del Porsche 911 GT3 RS, o el 991 Gen II GT3 RS, si hablas el lenguaje de Porsche. Una versión optimizada del ya de por sí óptimo GT3.

¿Qué hay de nuevo en el Porsche 911 GT3 RS?
Desde hace tiempo, existían rumores que aseguraban que el nuevo Porsche GT3 RS 2018 podría incrementar la cilindrada del motor, o lo que todavía preocupaba más a los aficionados de la marca: podría incorporar un turbocompresor. Pero, por suerte, ninguno de los dos se ha hecho realidad.
Así que el GT3 RS incorpora el ya conocido propulsor atmosférico de gasolina, con arquitectura de seis cilindros bóxer y 4,0 litros de cilindrada, pero con modificaciones en el sistema de inyección, la introducción de un escape específico y una nueva gestión electrónica. Gracias a ello, la potencia se incrementa desde los 500 hasta los 520 CV.
Admito que no parece un gran salto, pero en un GT3 RS la potencia no es lo único a tener en cuenta. De hecho, según Andreas Preuninger, jefe de la división GT de Porsche, "con el RS teníamos en mente ganar tacto y precisión. Sobre todo, la precisión era lo que teníamos en mente".


Por otro lado, también se ha aumentado el régimen de giro del motor en 200 rpm, para alcanzar unas increíbles 9.000 vueltas. Este factor, combinado con las modificaciones del motor, permite que el Porsche 911 GT3 RS acelere de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y alcance una velocidad máxima de 312 km/h (curiosamente, en el GT3 convencional es de 318 km/h).
¿Y el pequeño detalle del tiempo en el circuito de Nürburgring? Todavía no es posible asegurarlo con certeza, pero Preuninger asegura que el 911 GT3 RS será capaz de rodar en 7'05" (7'12" en el GT3 convencional). De eso, atribuye aproximadamente un segundo a la potencia, mientras que el resto de la ganancia procede de la suspensión, los neumáticos y la aerodinámica.
El chasis es, a todos los efectos, idéntico al del 911 GT2 RS... salvo porque incorpora la amortiguación de un 911 Cup, con una configuración optimizada para rodar en el circuito de Nürburgring. De modo que el comportamiento debería ser poco menos que brillante, tanto en carretera como en circuito.

Todos los elementos del GT3 han ido un paso más allá en el GT3 RS. El eje trasero direccional se ha recalibrado para ofrecer una mayor inmediatez y estabilidad, la transmisión automática de doble embrague PDK, de siete velocidades, es más rápida, y se ha optimizado la respuesta del diferencial autoblocante trasero. Incluso, las pastillas de freno se han aproximado más a los discos, para asegurar una respuesta más rápida.
Los discos delanteros incorporan los mismos conductos de refrigeración NACA que se estrenaron en el GT2 RS. Son un elemento interesante, porque además de mejorar la refrigeración de los frenos, consiguen dirigir el flujo de aire por debajo del coche hacia el difusor trasero y, además, reducir las turbulencias que se generan en el alerón trasero. De este modo, el Porsche 911 GT3 RS consigue generar el mismo apoyo aerodinámico que su antecesor... pero con una resistencia aerodinámica mucho menor. Ese es el tipo de eficacia que se ha buscado en el superdeportivo alemán.

Naturalmente, también se ha ahorrado peso. Preuninger señala que solo con los guarnecidos del interior se ha conseguido ahorrar hasta 5 kilos. Sin embargo, en condiciones legales de homologación, el GT3 pesa más o menos lo mismo que su antecesor, debido al mayor equipamiento. Si la compañía alemana presentase más adelante un RS aligerado hasta el extremo, sin aire acondicionado, radio, con unos asientos todavía más aligerados... sí estaríamos ante un modelo mucho más ligero.
Hasta que ese momento llegue, puedes recurrir al paquete Weissach, ya disponible en el GT2 RS. Con él, se reduce el peso en otros 29 kilos, gracias a la incorporación de un techo y un capó de carbono, una jaula antivuelco de titanio y unas ruedas de magnesio.



De paseo con Walter Röhrl
El Porsche 911 GT3 RS resulta todavía más impresionante mientras Walter Röhrl lo conduce. Se nota que es un tipo feliz cuando trabaja. Y su trabajo hoy, consiste en rodar con algo de peso adicional en el coche, en una pista congelada del Porsche Experience Center de Finlandia. Por supuesto, el peso adicional soy yo.

La temperatura es de 28 grados bajo cero, pero Walter Röhrl da la sensación de ser más frío que el ambiente. La forma en que esta leyenda de los rallies lleva al 911 GT3 RS por donde el quiere es humillante para mi. La eficacia de los movimientos, las respuestas medidas y la anticipación de sus reacciones son pura armonía. Ahora entiendo porque el alemán ha llegado a lo más alto: es capaz de saber lo que va a pasar antes de que suceda, por eso es capaz de conducir así de rápido.
¿Una conclusión valiosa del RS? Honestamente, no. Salvo que el Porsche 911GT3 RS cuenta con un excelente sonido y una la suspensión que trabaja a las mil maravillas sobre una pista congelada y llena de baches.


Pero todavía queda más por venir en los próximos meses, y lo primero será su presentación en el salón de Ginebra, en marzo... y la posterior prueba dinámica. En cualquier caso, sobre el papel el RS promete lo mismo de siempre: partir de un GT3 y optimizarlo para conseguir un conjunto más liviano, más rápido y atractivo. Y como siempre, será mejor de lo que habíamos imaginado.