Si hablamos del Mundial de Rallies, la época del Grupo B fue la edad de oro de este deporte. El enfrentamiento entre los fabricantes, sin restricciones, dio lugar a algunos de los automóviles de competición más temibles que se han visto disputando las pruebas del campeonato del mundo.
En este sentido, el Lancia 037 fue uno de los primeros en inaugurar esta categoría, que marcó una nueva era y que, en términos de popularidad, llegó a tener más éxito que la propia Fórmula 1.

Lancia 037, precursor de una categoría mítica
En la década de 1980, Lancia comenzó a trabajar en lo que se convertiría en su punta de lanza dentro de esta categoría. En realidad, fue Abarth la que dio forma, en gran medida, al diseño definitivo del vehículo.
Apodado según el código interno del proyecto (037), el vehículo italiano basó la mayor parte de su éxito en la mecánica sobrealimentada de gasolina que equipaba, con 2,0 litros de cilindrada y una potencia de 265 CV, para un peso, en vacío, de solo 980 kilogramos. La carrocería, elaborada en fibra de vidrio reforzada con poliéster, cubría un chasis tubular.

Según marcaba la reglamentación del Grupo B, para obtener la homologación, el fabricante debía producir 200 unidades. En este sentido, el Lancia 037 Stradale era la versión de calle, y ligeramente descafeinada, del modelo de carreras. Equipaba una mecánica de 2,0 litros con 205 CV. En cualquier caso, el Lancia 037 tuvo fama de ser un vehículo muy rápido... pero también muy frágil. Su temporada de debut, en el año 1982, protagonizó numerosos abandonos, debido a problemas mecánicos. No obstante, logró su primera victoria absoluta en el Rally Pace británico.
1983 supondría la mayoría de edad para el 037. La variante Evolution alcanzó una potencia de hasta 300 CV y estrenó una carrocería más aerodinámica. En manos de Walter Röhrl y Markku Alen, plantó cara a los Audi Quattro con tracción total, hasta vencer en el campeonato de constructores. Así las cosas, seguiría siendo el único representante con propulsión trasera, frente a los rivales más avanzados que optaban por la tracción a las cuatro ruedas.
En 1984, los contrincantes ya habían puesto a punto sus vehículos con tracción integral, mientras que Lancia solo disponía del 037 Evolution 2, con 350 CV, que nada podía hacer frente al potencial del resto. Así las cosas, 1985 sería el último año de carreras del vehículo italiano, antes de ser reemplazado por el Lancia Delta S4.
Una victoria final en la temporada de 1985 quedó teñida por el fallecimiento de Attilio Bettega, en Córcega. Un vehículo que, a menudo, sacrificaba la seguridad en pro de la velocidad. Finalmente, como bien sabes, el Grupo B se disolvió en 1986, después de varios accidentes mortales, especialmente el de Toivonen.
En cualquier caso, el Lancia 037 fue el pionero de una categoría tan extrema como apasionante, digno de ser considerado un icono de la competición.