JE Motorworks, una compañía especializada en preparaciones, con sede en Coventry, Gran Bretaña, está trabajando para adaptar una mecánica de gasolina turboalimentada en el Land Rover Defender. Ya sabes que la producción del mítico todoterreno finalizó en enero del año pasado, pero la empresa quiere ofrecer a los dueños del vehículo la oportunidad de convertirlo en un modelo más eficiente... y con mejores prestaciones.
El 4x4 británico montaba exclusivamente un propulsor turbodiésel de 2,2 litros de cilindrada, que homologaba unas emisiones de 266 g/km de dióxido de carbono (CO2). Los especialistas reemplazarán este motor por el 2.3 EcoBoost de Ford. Por si no lo sabes, es el bloque de gasolina turboalimentado que emplean el Focus RS y el Mustang. En el caso del compacto deportivo, desarrolla 350 CV y emite 175 g/km de CO2.

Mismas capacidades 4x4... pero más ecológico
"Cada vez hay más normas que restringen el uso de vehículos con motor de ciclo diésel en ciertos lugares, particularmente en ciudades", explicó Jonathan Douglas, ingeniero jefe de JE, a Autocar. "Esperamos que muchos propietarios de un Defender vean este moderno motor de gasolina como una buena solución para respetar más el medio ambiente".
Actualmente, JE Motorworks está trabajando en el propulsor EcoBoost para conservar el carácter original del Defender. En palabras llanas, no esperes que el todoterreno sea capaz de hacer 'donuts'. El objetivo es que conserve sus excelentes dotes 4x4, respetando más el medio ambiente. La compañía planea ofrecer esta preparación tanto en las versiones manuales como en las automáticas.
Según cálculos preliminares, JE Motorworks tendrá lista la preparación a finales de año y la pondrá a disposición de todos los clientes interesados unas semanas después. ¿El precio por este trabajo casi orfebre? Alrededor de 23.000 euros, si el Defender es manual, y algo más caro, para las unidades automáticas.