Existen pocos modelos en el mercado con tanta solera y tanta afición detrás como el Mazda MX-5, el mítico deportivo descapotable de la marca japonesa, que lleva enamorando a todo aquel que lo conduce desde hace ya cuatro generaciones (NA, NB, NC y ND), y lo sigue consiguiendo hoy en día.
Acabamos de tener ocasión de probar el Mazda MX-5 Soft Top en su versión 2.0 Skyactiv-G de 184 CV, además en versión Blue Cap Edition, caracterizada por la capota de color azul marino y el interior de cuero marrón Terracotta, una combinación bastante especial para este coche, pero ya te aseguramos que la estética del 'Miata' es probablemente lo de menos.
Galería: Mazda MX-5 Roadster 2.0, prueba
Y es que lo verdaderamente importante en este coche son las sensaciones que transmite a la hora de conducirlo, más allá de su aspecto, su equipamiento o sus prestaciones y consumo. Es uno de los pocos coches verdaderamente ligeros que quedan en el mercado y la receta de cambio manual, propulsión trasera y bajo peso es sencillamente imbatible.
Con el motor más interesante
Como sabrás, la gama del MX-5 cuenta con dos motores diferentes. Por un lado, el 1.5 Skyactiv-G de 132 CV de potencia y 152 Nm de par motor máximo, y por otro, el que hoy nos ocupa, el 2,0 litros atmosférico de 184 CV y 205 Nm, que sin duda es el más interesante de los dos, especialmente para quienes busquen un buen nivel de prestaciones.



El motor va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades que es una verdadera gozada. El tacto general, más bien mecánico, así como el guiado, lo corto de la palanca o los recorridos relativamente rápidos de la caja, son estupendos. Por supuesto, toda la fuerza va a parar a las ruedas traseras, exclusivamente, a través de un diferencial autoblocante trasero.
Si bien este Blue Cap Edition basado en el acabado Kazari no es el MX-5 más dinámico de la gama, su comportamiento es más que satisfactorio, sobre todo para un uso en carretera. El acabado tope de gama, Homura, añade una suspensión Bilstein y una barra estabilizadora específica, que afilan bastante la dinámica del modelo, pero no es el caso.



Posición ideal
Desde el momento en que te subes a este MX-5 en color Platinum Quartz (500 euros) te das cuenta de que está fuera de lo convencional. El asiento queda bajo, así que hay que 'tirarse' al interior con la mayor dignidad posible y, aunque no es lo más cómodo del mundo, sobre todo a la hora de salir, no es un proceso especialmente engorroso.
El interior resulta sencillo pero tiene todo lo que necesitas y la postura de conducción es muy buena, cerca del suelo, con las piernas estiradas y sentado prácticamente sobre el eje trasero.
Es cierto que no hay demasiado espacio en el habitáculo y dos personas voluminosas tendrían problemas en cuanto a anchura, además de que tampoco hay muchos huecos portaobjetos, más allá de la pequeña guantera central y la guantera superior con llave, ubicada entre los asientos. En el maletero, de 130 litros, caben como mucho dos maletas de cabina y alguna bolsa adicional.

Las dos esferas principales de la instrumentación son analógicas, con un gran cuentavueltas en el centro, velocímetro a la derecha y un display digital a la izquierda con toda la información relevante (nivel de combustible, temperatura, kilometraje, etc...). En general, es de lectura bastante sencilla y ofrece toda la información necesaria de manera clara. La pantalla multimedia central, por su parte, es de 7,0 pulgadas y ofrece conexión para Apple CarPlay y Android Auto.
El accionamiento manual de la capota de lona es realmente fácil y se tarda unos pocos segundos en abrirla o cerrarla. Solo tienes que liberarla del parabrisas mediante un tirador y empujarla hacia atrás, replegándola hacia su posición tras los asientos con la mano y fijándola en su posición, haciendo un poco de fuerza hasta oír un 'click'. Para volverla a poner, solo hay que soltarla de nuevo, desplegarla con la mano hasta el plafón y fijarla con el mismo cierre.


Curiosamente, estos asientos en cuero Terracotta (que están calefactados) incluyen un equipo de sonido Bose con altavoces integrados en los reposacabezas, que sirven para escuchar música pero también para hablar por teléfono, y permiten oír con claridad incluso circulando sin capota. En el acabado Homura se ofrecen unos asientos Recaro, más deportivos, que no cuentan con este sistema.
Como es lógico, es un coche ruidoso, al que llega mucho sonido del exterior (aire, rodadura...), especialmente a velocidades de autovía, así que no nos parece la opción ideal para largos viajes, aunque dentro se puede mantener una conversación sin demasiado problema.



Pensado para disfrutar
El motor atmosférico, sin ser una bomba a nivel de par motor máximo (un motor turbo tiene una entrega más explosiva), resulta muy elástico y empuja bien a cualquier régimen. Sin duda es más que suficiente para mover con soltura este MX-5, sobre todo dado el bajo peso del conjunto, de unos 1.100 kilos, y además tiene un sonido interesante y te invita a estirar las marchas una y otra vez.
En general, este MX-5 es un coche bastante civilizado, cuya motricidad es buena en circunstancias normales y que muestra una buena estabilidad en carreteras de curvas a ritmos coherentes, a pesar de la puesta a punto relativamente blanda de la suspensión. Además, las ruedas traseras no pierden adherencia en conducción normal, pero si queremos deslizar la zaga, no hay más que provocarlo o ir 'pasado' de velocidad.

En todo caso, es un coche muy divertido y 'disfrutón', de los que te dibujan una sonrisa en la cara simplemente trazando curvas a velocidades sensatas, sin necesidad de ir muy rápido, ya que resulta ágil, fácil de inscribir en las curvas y muy gratificante, todo ello con la posibilidad de circular a cielo descubierto. Un coche que desde luego muchos querríamos tener en el garaje.
En lo que a consumo se refiere, obtuvimos una media de ordenador de a bordo de 6,5 litros cada 100 kilómetros haciendo un uso principalmente por carreteras secundarias, sin buscar una conducción eficiente, lo cual es una cifra inferior a los 6,9 litros que homologa en ciclo WLTP.

Esta versión no es la ideal para los que busquen la máxima deportividad posible dentro de la gama MX-5, ya que las hay con una mejor puesta a punto, pero desde luego es un coche apto para disfrutar todos los días de cualquier tipo de trayecto, especialmente en carreteras de curvas.
El Mazda MX-5 está disponible en España desde 30.364 euros en su versión Soft Top de capota blanda y acabado de acceso o Prime-Line (con el motor de 132 CV), mientras que la versión RF de techo duro es ligeramente más costosa, partiendo el mismo acabado básico de 32.864 euros. Para acceder a una unidad con el motor 2.0, hablamos de al menos 35.974 euros.
Mazda MX-5 Soft Top 2.0 Skyactiv-G Blue Cap Edition