Que las ciudades se van a poblar de vehículos ecológicos es una realidad que nadie se atreve ya a negar. La cuestión, ahora, es elegir el modelo que mejor se adapta a nuestras necesidades. Urbano, compacto o SUV, se ajustan a las necesidades de cualquier conductor urbanita. Sin embargo, ¿qué me dirías si te cuento que el Mazda MX-30 reúne todas esas características en un solo vehículo?
El MX-30 podríamos considerarlo como la versión ecológica del CX-30. Tanto por aspecto, con un diseño muy parecido, como por dimensiones. El modelo 100% eléctrico es igual de largo (4,39 metros) y de ancho (1,79 metros), pero solo dos centímetros más bajo (1,52 metros), que su hermano animado con mecánicas térmicas.
En cualquier caso, el detalle más significativo de la esbelta figura de este SUV no se ve... al menos a simple vista. Tienes que fijarte mucho para apreciar la ausencia de los tiradores de las puertas traseras. ¿Un olvido? En absoluto. Se trata de un sistema denominado freestyle, en el que desaparece el pilar B de la carrocería, ofreciendo una apertura de las puertas traseras en sentido contrario a las delanteras (apertura suicida, como comúnmente se denomina). De esta forma, los tiradores quedan escondidos y solo se hacen visibles al abrir las delanteras.
Si seguimos con el capítulo del diseño, el nuevo MX-30 luce un atractivo natural. La silueta SUV también destila apariencia de coupé, con una caída del techo en la parte trasera apreciable, aunque siempre con líneas suaves y contornos redondeados.
Las ópticas principales, con la firma lumínica circular, los compactos pilotos posteriores o la combinación bitono de la carrocería, aportan al nuevo SUV japonés una imagen muy actual.
Una sensación vanguardista que también apreciamos en el interior, con hasta tres pantallas digitales. La de la instrumentación LCD TFT, con un tamaño de 7,0 pulgadas, ofrece una magnífica visibilidad y multitud de parámetros.
Y ya en la consola central, encontramos las dos restantes. La del equipo multimedia preside el salpicadero y se funde, de una forma muy suave y con gusto en el mismo. Tiene un tamaño de 8,8 pulgadas y se controla a través del mando circular ubicado en al consola central flotante.
La última está ubicada en la parte baja de la consola central, justo delante del selector del cambio. También es de 7,0 pulgadas y combina la función táctil con unos valiosos botones de acceso directo a las funciones, con lo que el manejo del sistema de climatización es muy sencillo e intuitivo.
Llegamos al plano mecánico y la fórmula, en este apartado, es sencilla pero efectiva. Hablamos de un motor eléctrico con una potencia de 145 CV y 271 Nm de par motor. La energía proviene de una batería de iones de litio, con una capacidad de 35,5 kWh. La fuerza del motor se manda al eje delantero y está gestionada por una caja de cambios automática de una velocidad.
En materia de prestaciones, la velocidad máxima está limitada electrónicamente a 140 km/h y anuncia un tiempo de 9,7 segundos en la maniobra de aceleración de 0 a 100 km/h. Así las cosas, la marca confirma que el consumo energético, según el ciclo WLTP, es de 19 kWh cada 100 kilómetros, aunque esa cifra puede rebajarse hasta los 14,5 si solo efectuamos un manejo urbano. De esta forma, la autonomía máxima puede oscilar entre los 200 y los 262 kilómetros si somos extremadamente eficientes.
El otro pilar fundamental sobre el que pivota el nuevo Mazda MX-30 es la elevada carga tecnológica que alberga en su interior. Unos sistemas englobados dentro del denominado paquete i-ACTIVESENSE, con el que podremos disfrutar del sistema de frenada de emergencia en ciudad, el de aviso por cambio involuntario de carril, el de alerta del ángulo muerto, el de reconocimiento de señales de tráfico, el sistema de proyección de información en el parabrisas Head-up Display, el control de velocidad de crucero adaptativo, la cámara de visión periférica 360º o el asistente de arranque en pendientes, por citar solo algunos de los más significativos.
Pero tampoco nos debemos olvidar de la elevada calidad que se percibe en el interior, tanto por los materiales elegidos como por el ajuste de los mismos. En el habitáculo encontramos una amplia variedad de revestimientos, en su inmensa mayoría ecológicos, como el que procede del plástico reciclado de botellas (PET) en los paneles de las puertas o el símil de piel que recubre parte del salpicadero, que no utiliza amoniacos en su elaboración. También aquí podemos apreciar el compromiso de este vehículo con el respeto por el medio ambiente.
Durante nuestra primera toma de contacto, hemos podido conducir el Mazda MX-30 aproximadamente 55 kilómetros, fundamentalmente en un escenario urbano. En estas circunstancias, las más propicias para este SUV, consigue brillar de forma solvente.
Si lo conduces con una mentalidad diferente a la de un vehículo con motor térmico, la batería parece ser mucho más práctica y solvente que esos 200 kilómetros de autonomía media que promete el fabricante.
Es cierto que una cantidad tan baja, puede suponer un handicap. Sin embargo, cuando empiezas a conducir y utilizar la función de frenada regenerativa, a través de las levas que están integradas detrás del volante, el ejercicio de 'estirar' el nivel de carga de la batería se convierte en un deporte 'adictivo'. Te debes concentrar al máximo en aprovechar esos metros entre semáforo y semáforo, para autoproclamarte el rey de la eficiencia urbana.
Bromas al margen, cuando necesitas moverte por vías más rápidas, como las de circunvalación, el coche responde. Al pisar el acelerador, el coche gana velocidad con decisión. Poco importa que la velocidad esté limitada a 140 km/h, porque nunca la vas a alcanzar si conduces legalmente. Además, el sonido artificial que se filtra a través de los altavoces, reproduce vagamente, la melodía que emitiría un modelo térmico.
Sumado al buen tacto de la dirección, precisa y con una asistencia justa, una buena puesta a punto del chasis, como demuestra la sensación de admitir, sin rechistar, un motor más potente, así como un sistema de frenos más que suficiente para contener los 1.675 kilos del conjunto, consiguen que el Mazda MX-30 se sienta como un automóvil convencional, a pesar de su ADN eléctrico.
Antes de finalizar, déjame comentarte que Mazda tiene previsto comercializar una versión de autonomía extendida del MX-30, combinada con un motor rotativo encargado de suministrar energía eléctrica a la batería. De momento solo es un adelanto, puesto que todavía no tiene fecha oficial de presentación, aunque es posible que antes de que acabe el año, sepamos más datos sobre ella.
Por último, déjame mencionar el tema de los precios. La lista de pedidos del MX-30 se abrió en mayo y las primeras entregas están previstas para septiembre. El precio de partida es desde 34.375 euros para la versión Origin, sin descontar las promociones del fabricante ni las ayudas oficiales al tratarse de un vehículo con la etiqueta 0 de la DGT.
Mazda MX-30 2020