En algunos casos, a la hora de determinar qué vehículo es el mejor, dentro de un segmento, pueden influir ligeros matices y hasta sensaciones personales. Pero dentro de los pick-up, el Ford Ranger Raptor 2020 puede considerarse el modelo más completo y, sin dudarlo, el más espectacular, visualmente hablando.
A sus mandos, te sientes como si llevases un superdeportivo, por aquello de que acaparas miradas allá por donde vas. El poderoso frontal y los diversos accesorios específicos dejan asombrados a cualquiera, a pesar de que los gustos estadounidenses y europeos son a menudo bastante diferentes.
Galería: Prueba Ford Ranger Raptor 2020
Solo disponible con carrocería de doble cabina, que se alarga hasta los 5,37 metros, el modelo yanqui suma varios componentes procedentes de la competición y lo ha desarrollado el departamento Ford Performance. No son atributos banales, ya que ese pedigrí se hace patente al sumar los primeros kilómetros... tanto en tierra como en asfalto.
Los amortiguadores FOX, presentes en ambos ejes, generan un 32% más de recorrido en el tren delantero y un 18%, en el trasero. Gracias a ellos, el coche absorbe las irregularidades de forma majestuosa en pistas rotas y, cuando piensas que vas a hacer tope con la suspensión, no solo no se produce esa desagradable situación, sino que da la impresión de que aún hay más margen de compresión. ¡Sensacional!
Si estás pensando que a este pick-up se le 'saltan las costuras' en carretera, estás completamente desencaminado. De nuevo, los amortiguadores FOX salen a relucir, ya que evitan los clásicos rebotes de un eje rígido trasero, aportan una valiosa comodidad y, encima, el coche es fácilmente controlable en curvas. ¡Y eso que lleva neumáticos todoterreno BFGoodrich All-Terrain!
También debemos resaltar el chasis, con refuerzos añadidos frente al del Ranger convencional, para poder recibir el trato más exigente. Y si sumamos la altura libre al suelo, incrementada 50 milímetros, más las vías ensanchadas hasta los 1.710 milímetros, solo el mal ángulo ventral, fruto de una enorme batalla de 3,2 metros, y las estriberas ponen el límite en el campo.
El sistema de tracción total, conectable, permite elegir entre propulsión trasera (2H), dos ejes motrices (4H) y reductora (4L). Y no nos olvidamos del diferencial trasero bloqueable, que permite repartir de forma variable el par motor entre las ruedas posteriores.
Recuerda que, al carecer de diferencial central, el Ranger Raptor debe circular con el tren motriz trasero en asfalto seco. Si la carretera está muy mojada o sales de ella, ya se puede engranar el modo 4H.


El potente equipo de frenos, con discos delanteros y traseros ventilados, con 332 milímetros de diámetro, detienen al vehículo en distancias prudenciales, aunque sí es verdad que se recorren unos metros más que en un turismo convencional.
¿Asombrado ya? Pues déjame recalcar que el Ford Ranger Raptor 2020 incorpora además el control dinámico de la conducción TMS, con los programas Normal, Sport, Gravilla/Nieve, Barro/Arena, Rocas y Baja. Este último es el que permite sentirse piloto de raids, porque la respuesta del motor y el cambio, así como la gestión de la tracción, buscan la máxima efectividad dinámica posible.

Con casi 2,5 toneladas, el Ranger Raptor es un 'peso pesado', pero para maquillarlas y, a su vez, lograr unas prestaciones más que dignas, Ford ha recurrido a un potente motor de ciclo diésel, el 2.0 EcoBlue, que presume de dos turbocompresores.
En cifras, entrega 213 CV a 3.750 rpm y, sobre todo, 500 Nm entre las 1.750 y las 2.000 vueltas, lo que garantiza un empuje notorio desde prácticamente el ralentí, como lo demuestran los 10,5 segundos que tarda en completar la aceleración de 0 a 100 km/h.
Además, hace buenas migas con la transmisión automática con convertidor de par, de diez velocidades, herencia del Mustang, que puede gobernarse a través de levas. La primera relación es muy corta, mientras que la décima resulta larga, para limitar las revoluciones a velocidades de crucero.

El consumo suele estar por encima de los 10,5 litros cada 100 kilómetros, si bien no nos parece un registro descompensado, habida cuenta del tipo de vehículo.
Curiosamente, el equipamiento de serie incluye elementos propios de un deportivo, como los asientos delanteros de tipo baquet, con buena sujeción lateral, y un volante específico, con marca de las 12 en punto de color rojo.
En comparación con otros pick-up, las plazas traseras son más cómodas. Primero, porque hay un buen espacio. Segundo, porque el respaldo está algo más inclinado y, de este modo, aparece el cansancio más tarde.

No faltan diversas ayudas electrónicas a la conducción, ni el sistema de infoentretenimiento SYNC3, de última generación, con pantalla táctil de 8,0 pulgadas. Por su parte, la caja de carga queda cubierta por una cortinilla enrollable, bastante fácil de manejar. La capacidad para transportar materiales se queda en 3.130 kilos, frente a los 3.500 del Ranger convencional, dotado de ballestas.
Al igual que sucede con el Mustang, la tarifa del Ranger Raptor no se dispara todo lo que se puede presuponer. Descuentos incluidos, se encuentra a la venta desde 52.000 euros y, si se declara como uso laboral, desaparece de un plumazo el impuesto de matriculación, con lo que se queda en 46.350.
En definitiva, aunque no es el pick-up más potente (los 258 CV del Mercedes-Benz Clase X y el Volkswagen Amarok Aventura fijan el récord), sí muestra una solvencia única en el campo, con lo que los rivales ya pueden darse por aludidos y empezar a trabajar duro para tratar de igualar estos atributos. Fácil no lo van a tener...
Ford Ranger Raptor