Tras unos buenos resultados en las ventas del Hyundai i30 N, parecía lógico que apostaran por probar también con la configuración Fastback, una carrocería con cuatro puertas, pero en este caso alargada hasta los tres volúmenes y cierto aire de cupé.
El coche de pruebas que analizamos es el Hyundai i30 N Fastback Performance, con 275 CV, la versión más potente que ofrece la división N. A diferencia de la carrocería de cinco puertas, que también ofrece una versión menos potente, con 250 CV, el Fastback solo está disponible con la versión más poderosa del motor turboalimentado 2.0 T-GDI.
En una primera aproximación visual, si lo comparamos con el i30 N, nos encontramos con un diseño más aerodinámico, asentado bajo la misma plataforma y que presenta una longitud de 4,45 metros, apenas 12 centímetros más largo que la carrocería de 5 puertas.
A su favor, debemos señalar que el Fastback es 2,1 centímetros más bajo y que, a pesar del aumento de longitud, tan solo penaliza 12 kilos, respecto al i 30 N de 5 puertas. A cambio, nos ofrece un práctico maletero, con una capacidad de 450 litros.
Me encanta el perfil que muestra este coche, en el que destacan las llantas de aleación de 19 pulgadas, incluidas de serie. Disponen de un diseño atractivo, que nos permiten ver las pinzas del sistema de frenos específico de esta versión. Están pintadas de color rojo y muerden los discos ventilados de 345 milímetros delanteros, así como los traseros, con un diámetro de 314 milímetros.
El alerón trasero, a modo de extensión de la carrocería, le aporta el toque final de deportividad, aunque sin llegar al nivel del Ford Focus RS o del Honda Civic Type R, en los que este elemento quizá pueda tener un tamaño exagerado para algún tipo de cliente. No para mí, desde luego.
El interior no me parece tan espectacular, al menos nada que me atraiga tanto como su apariencia exterior, básicamente porque añade pocos elementos más que los de un i30 Fastback convencional.
Vaya por delante, que esta versión lleva la pantalla táctil de 8,0 pulgadas y el sistema de navegación, ambos incluidos de serie. También, que la posición al volante es buena y transmite confianza, aunque hecho en falta algún toque más 'picante', dado el automóvil del que se trata.
Disfrutar de la carrocería Fastback, implica que los pasajeros de las plazas traseras van a perder algo de espacio para la cabeza, con respecto a la carrocería de cinco puertas. Sin embargo, una vez al volante, solo quieres mirar al frente y ponerte en marcha.

Cuando arrancas este Hyundai, el sistema de escape hace que te olvides de cualquier 'pega' que hayas visto en él. En el volante multifunción, tienes acceso directo al control dinámico de la conducción, que permite elegir entre los modos Eco, Normal, Sport, N y N Custom. Este último, resulta ideal para personalizar a nuestro gusto la respuesta del acelerador, la firmeza de la suspensión y la asistencia de la dirección.
Y de verdad que se nota bastante al cambiar entre uno y otro modo. Sobre todo en la manera en que empuja su motor gasolina turbolimentado, de 2,0 litros de cilindrada. Entrega un par contundente al eje delantero, incluso con la aguja del cuentarrevoluciones en zonas bajas y empuja con tesón hasta ofrecer, en el mejor de los casos, los 275 CV a 6.000 rpm, que anuncia oficialmente.

Lo mejor de todo, es que, incluso conduciendo en modo Eco, de las salidas del sistema de escape salen detonaciones, que son prácticamente constantes y que invitan a dar rienda suelta al pedal derecho. De ahí que no sea el mejor vehículo para buscar consumos bajos, algo que resulta verdaderamente difícil.
Llevarlo por debajo de los 9 litros cada 100 kilómetros requiere suavidad y meditación. Por supuesto, al activar el modo N, renunciaremos a la eficiencia, con todas las consecuencias.

A partir de ese momento, notarás todo el potencial de la mecánica, agresivo en algunos momentos, con un empuje y un sonido que justificará, de sobra, el precio marcado por el fabricante. La absorción de las irregularidades del asfalto se produce de un forma algo más natural que en el caso de la versión 5 puertas. En cualquier caso, siempre manteniendo la firmeza esperada en los cambios de dirección, lo que invita a circular ágil, para disfrutar de cada metro de asfalto.
Transmite bastante seguridad al circular a ritmos elevados, con una respuesta de la dirección bastante precisa, una caja de cambios manual, con 6 velocidades, de impecable tacto, con recorridos cortos de la palanca y una capacidad de tracción más que correcta. Todo esto, acompañado siempre de un diferencial autoblocante mecánico, de deslizamiento limitado (con control eléctronico e-LSD), que hace las funciones de 'ángel de la guarda', ante posibles subvirajes inesperados.

Tener el Hyundai i30 N Fastback en tu garaje cuesta 39.250 euros, un precio que puedes ver bastante rebajado al aplicar los descuentos y promociones oficiales del fabricante. Una vez aplicados, comprobarás que el precio a pagar está más que justificado por un vehículo que asegura unas prestaciones de este nivel, además de ofrecer un equipamiento bastante competitivo.
Hyundai i30 N Fastback 2.0 T-GDi 275 CV Performance 2019