En los últimos tiempos, tal vez, Toyota ha estado demasiado volcada en su gama híbrida y se ha 'olvidado' de los modelos más emocionantes de su catálogo. Por eso, para recordarnos que no solo de bajas emisiones vive el hombre, nos ha invitado a vivir una jornada de pruebas en el circuito del Jarama, en la segunda entrega de la Gazoo Racing Experience.

Con la ayuda de Bridgestone, como proveedor de neumáticos de altas prestaciones, el evento tiene una estructura tan simple como divertida: probar los modelos más dinámicos de la marca… a la espera de la llegada del esperado GR Supra.

Tras una breve charla teórica, la jornada comienza con unas pruebas más de habilidad que de velocidad: eslalon sobre pista mojada, con el Yaris GR Sport, un híbrido con 100 CV e imagen dinámica, y ejercicios de control del derrapaje, con un GT86, sobre la pista deslizante. Sin duda, dos buenas maneras de ir entrando en calor.

Pruebas con coches de calle y de carreras

Pero el plato fuerte, ya sobre el asfalto del trazado madrileño, se desarrolla sobre dos tipos de vehículos bien diferenciados. Por un lado, modelos de serie, como el propio GT86 o el exclusivo Yaris GRMN. Por el otro, con coches de competición, como el AYGO de la Copa Kobe o el GT86 homologado para el CERT (Campeonato de España de Rallies de Tierra).

Con 200 CV de potencia, el GT86 de producción es un modelo óptimo para iniciarse en la actividad en pista. Dotado de un excelente chasis, tiene todo lo que se le puede pedir a un coupé deportivo: motor atmosférico de gasolina, cambio manual de seis marchas y un esquema de propulsión trasera.

Ahora bien, puestos a disfrutar de la conducción en circuito, mejor hacerlo con el Yaris GRMN, un utilitario de 212 CV, construido como una edición limitada, del que solo han llegado siete unidades a nuestro mercado. Además de ser más rápido que el GT86, también es más divertido, ya que no va tan sobre raíles como el coupé.

Toyota Gazoo Racing Experience

Respecto a los coches de circuito, solo tuvimos la oportunidad de ponernos al volante del AYGO de la Copa Kobe. Un ligerísimo y divertido modelo, de unos 80 CV de potencia, que permite disfrutar del mundo de las carreras, sin llevar a cabo un desembolso demencial.

En este caso, las sensaciones son muy puras, ya que a pesar de no ser un coche veloz, sí que frena con decisión y vira plano. Y precisamente es en esa ausencia de potencia, donde radica la complejidad de sacar buenos tiempos en carrera.

Para que te hagas una idea, los pilotos del certamen apuran el pequeño motor tricilíndrico hasta alcanzar los 170 km/h en el final de recta del Jarama… y no frenan hasta estar a 70 metros del vértice. Sin llegar a ese límite, nosotros nos lo pasamos en grande.

Ahora, solo queda esperar a que el evento siga creciendo y llegue la siguiente edición. Porque en ella, seguramente, ya podamos disfrutar del nuevo GR Supra…