Después de haber dejado atrás los viajes de verano, las temperaturas altas y las operaciones salidas atrás, nos hemos adentrado de lleno en el otoño. Y con él, comienzan las primeras lluvias de la temporada.
Con el agua, la atención en la carretera debe aumentar aún más, porque pueden aparecer algunos fenómenos olvidados durante el verano, como el que te vamos a contar, el aquaplaning.
Si te gusta el mundo de la competición, seguro que te sonará de lo que estamos hablando y probablemente lo habrás escuchado, como motivo de algun salida de pista. Pero si te digo que este fenómeno también puede ocurrirte con tu coche, entonces sí, deberías poner atención en lo que te vamos a contar.
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¿Qué es el aquaplaning?
El aquaplaning es un fenómeno que aparece cuando el neumático no es capaz de desalojar el agua de la carretera por falta de dibujo, baja presión, velocidad inadecuada o por culpa de una zona muy encharcada. En ese instante, las ruedas pierden la adherencia con el suelo y se puede llegar a perder el control del vehículo.
También puede haber otros factores externos que no dependan de nosotros y que hagan más fácil la aparición del aquaplaning. Uno de ellos es la pintura de las señales en el suelo, en el caso de que no sea antideslizante. Lo mismo sucede con las hojas caídas por el otoño, llenas de agua y que se pueden pegar a los neumáticos creando una capa entre el neumático y la carretera.
Para entenderlo mejor, pongamos un ejemplo práctico: el esquí acuático. Tus neumáticos pasan a ser los esquís, ya que dejan de tener contacto con el asfalto debido a los factores anteriormente nombrados y el coche se deslizará por el agua.
¿Cómo actuar?
En caso de ir en línea recta, es importante mantener la calma, soltar el acelerador suavemente, no mover el volante y dejar que el coche vaya perdiendo velocidad por él mismo hasta que recuperemos el control del vehículo. En caso de que te pase en una curva, el procedimiento es parecido. Ir soltando el acelerador poco a poco e ir girando el volante lo justo, adecuándolo a la curva por la que circules.
Es importante saber que, a pesar de que el instinto te lo indique, nunca se debe frenar, porque será bastante más fácil que pierdas el control del vehículo.
En un artículo pasado ya te explicamos cómo conducir en lluvia, pero te adelantamos que es importante tener el coche en buenas condiciones (tanto la presión como el dibujo de los neumáticos), llevar una velocidad adecuada, realizar una conducción tranquila o mantener la distancia de seguridad obligatoria, entre otras cosas.