Mucha gente busca un SUV urbano para desenvolverse fácilmente en los quehaceres diarios. Son personas a los que les gusta un vehículo elevado, para no dañar los paragolpes contra los temidos bordillos, y también les agrada una posición de conducción más alta de lo normal. Y si es un coche que pueda estar en el entorno de los 4,0 metros de largo, mejor.
Pues bien, haciendo un poco de memoria, Ford comercializaba a comienzos de siglo un coche con estas mismas cualidades, el Fusion, y que ahora lo puedes conseguir muy barato. En concreto, hemos visto varias unidades por unos 5.000 euros en el entorno de los 100.000 kilómetros y con el motor turbodiésel 1.4 TDCi de 68 CV.
¿Qué te parece nuestra propuesta? No nos puedes negar que no miramos por la economía familiar. Vale, no emplea el formato campero tan de moda en la actualidad, pero representa una solución urbana más que solvente.
Galería: Ford Fusion 2002
Amplio y luminoso interior
Si recuerdas, se trataba de un derivado práctico del Fiesta, que buscaba asemejarse a un pequeño monovolumen, un tipo de carrocería muy demandada hace 20 años. Así las cosas, además de todo lo citado antes, el Fusion también destacaba por su amplio y luminoso interior, así como por un maletero de 337 litros que, en la actualidad, no sería pequeño.
Principalmente, la gama constaba de dos motores atmosféricos de gasolina, un 1.4 de 80 CV y un 1.6 de 100. En aquella época todavía no había aterrizado la familia mecánica EcoBoost, con baja cilindrada y turboalimentación, para mejorar las prestaciones y reducir los consumos.

Por supuesto, también había bloques turbodiésel. Además del de 68 CV que hemos nombrado antes, se encontraba el propulsor 1.6 TDCi de 90 CV, que declaraba tan sólo 4,6 litros cada 100 kilómetros de consumo medio, aunque en ciclo NEDC.
Con etiqueta medioambiental B
En definitiva, si vives en una localidad donde las etiquetas medioambientales de la DGT no coartan la movilidad, esta alternativa a un pequeño SUV o a un crossover te puede facilitar la tarea diaria de acudir al colegio o al trabajo. En este punto, las versiones de gasolina portan el distintivo B.
Además, mucha gente emplea estos vehículos como coche 'de batalla', así que no importa que acaben con los paragolpes rozados por el uso diario, pues no son vehículos para lucirlos sino para tenerlos con un seguro a terceros y emplearlos a diario.