Seguro que tú en el pasado navegaste por la web de algún fabricante de coches en busca de ofertas especiales dentro de una sección específica y, probablemente, encontraste un jugoso descuento por un coche nuevo que te interesaba y que al final acabó siendo tuyo.  

Esta situación tan habitual antes de la pandemia ha desaparecido casi por completo, pues las marcas ya no ofrecen ofertas como tal, es decir, descuentos directos sobre el precio al contado de un automóvil.

Al contrario, las firmas nos pretenden encauzar a financiaciones que obligan a pagar a los clientes más dinero que si abonáramos la tarifa 'a tocateja'. Sin duda, es una solución que solo convence a aquellos que sí tienen dinero para una letra mensual, pero no para pagar un gran desembolso en un solo plazo. 

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Quizá bajen los precios en 2024

La financiación también tiene sentido si, por ejemplo, quieres ya un coche eléctrico, pero deseas uno nuevo dentro de cuatro años porque entiendes que costarán algo menos y disfrutarán de una mayor autonomía

En cualquier caso, sentimos no darte buenas noticias, porque no hay una solución a este entuerto. Las marcas han subido precios de forma generalizada para incrementar su rentabilidad en cada venta. Han aprovechado la crisis de los microchips (baja producción y larga espera para la entrega) y la inflación general que golpea el continente para convertir el coche casi en un producto de lujo.

¿Cuándo podrían bajar algo las tarifas? A partir de 2024, al normalizarse el ritmo de fabricación de coches nuevos y solucionarse el 'cuello de botella' con los pedidos pendientes, aunque no hay nada seguro, por supuesto. 

Situación compleja en la segunda mano

Y si has pensado en comprar un coche usado, lamentamos decirte que también han subido mucho de precio, pues su disponibilidad es inmediata, a diferencia de un vehículo nuevo, por el que puedes tener que esperar muchos meses o incluso un par de años. 

Es verdad que, ahora mismo, las versiones de acceso a la gama de la mayoría de coches a estrenar emplean motores que otorgan buenas prestaciones y están muy bien equipados. Eso sí, conviene pensar qué tipo de propulsor te conviene en función del uso y de los kilómetros. Es decir, no descartes un diésel porque puede seguir siendo una buena solución.