Si tú compraste un coche nuevo hace aproximadamente año y medio, puede que al venderlo ahora, ganes dinero en la operación. Así de extraño y de peculiar está el mercado de los vehículos de segunda mano. Lamentablemente, muchas personas no pueden acceder a uno, a pesar de que lo necesitan con urgencia, precisamente por los elevados costes.
¿Qué ha pasado en los últimos meses para llegar a esta situación? Vamos a intentar explicarlo de la forma más sencilla posible, aunque es verdad que se han unido varios factores complejos.
La conclusión principal es que los automóviles nuevos son ahora bastante más caros que antes, con lo cual ese mismo efecto se ha producido en los usados, algo normal en una economía como la nuestra.
Galería: Volkswagen T-Roc 2018
Disponibilidad inmediata
¿Por qué esa subida de precios en los modelos a estrenar? Por varios motivos, pero principalmente por la escasez de microchips que ha obligado a un descenso de la producción en muchos fabricantes, por un cambio en la política de las marcas, que ahora buscan una mayor rentabilidad en cada venta y, por supuesto, por la inflación que sufrimos.
Dicho llanamente, si antes una firma podía fabricar 100 coches y ahora solo puede hacer 50 o menos (los números son un mero ejemplo), pues habrá que aumentar los precios para no perder beneficios. En principio, en este año 2023 seguirá habiendo retrasos en los pedidos y esperamos que en 2024 este tema esté, al menos, encauzado.
En este punto, entran en juego los vehículos usados con disponibilidad inmediata, algo que hoy en día se valora muchísimo, de ahí que sus tarifas hayan subido como la espuma. De hecho, las unidades con pocos años y kilómetros literalmente 'vuelan' de las concesiones y se paga por ellas lo que haga falta.
Esperada ligera bajada en 2024
Lo normal es que, a partir de 2024, cuando el ritmo de fabricación de coches nuevos sea el que fue antes de la pandemia y se solucione el 'cuello de botella' con los pedidos pendientes, las tarifas deberían bajar algo (o eso esperamos) y lo mismo debería suceder con los vehículos usados, si bien no se repetirán los precios previos al parón por la COVID-19, ni mucho menos.
Si me permitís la comparativa, pasa lo mismo con los carburantes, que ya no están por encima de los 2 euros el litro, como sucedió al comienzo de la invasión rusa de Ucrania, pero ahora sus tarifas son más elevadas respecto a hace un año. En fin, toca apretarse el cinturón de verdad.
Por lo tanto, ahora no parece un buen momento para comprar un coche usado, aunque si la necesidad es acuciante, no queda otra que aflojar el bolsillo y asumir la realidad actual.