Los años 70 fueron una época de grandes cambios en la industria del automóvil, no solo por el crecimiento de la automatización de las fábricas y de la producción, sino también porque se estaba cuestionando la propia forma de concebir los coches.
La gran revolución, al menos entre los modelos más populares, es el cambio masivo a la tracción delantera por parte de todos los fabricantes que aún se resistían a hacerlo. Entre ellos estaba Fiat, que tras romper el hielo en 1969 con la berlina 128, heredera del 1100, extendió el concepto a la categoría inferior, sustituyendo el ya anticuado 850 por el nuevo 127.
Galería: Fiat 127 (1971-1987)
Una idea exitosa
El proyecto recibió el nombre en clave X1/4 y se caracterizó no solo por su motor delantero transversal y por la tracción en las ruedas delanteras, sino también por su estética. De hecho, el equipo de diseño, todavía dirigido por Dante Giacosa, concibió una forma de 'hatchback' con una zaga inclinada no muy diferente a la que se había visto unos años antes con modelos como el Renault 16, pero más sutil.
Una contribución que resultó fundamental fue la del joven diseñador Pio Manzù, hijo del artista Giacomo Manzoni, que esbozó la forma a finales de la década de 1960. Por desgracia, no llegó a tiempo de ver el coche llenar las calles, ya que fue víctima de un accidente de tráfico en el año 1969, pero su trabajo fue retomado y completado, con algunas modificaciones, unos meses después.
Fiat 127 'al desnudo'.
El cambio de arquitectura trajo consigo una gestión diferente del espacio y los volúmenes: el 127, que debutó en abril de 1971, medía solo 3,6 metros de largo (tanto como el Panda actual), apenas dos centímetros más que el 850, pero tenía un interior más grande y espacioso. El maletero de la primera serie era accesible a través de una tapa abatible bajo la luneta trasera, pero un año después de su lanzamiento llegó la versión 3 puertas, con un portón trasero más práctico.
En el año 1972 es cuando Fiat ganó su segundo premio de Coche del Año en tres ediciones, precisamente con el 127, después de que lo lograra con el 128 en 1970. El utilitario se impuso a la competencia con 239 puntos, más del doble que el Renault 15/17 que quedó en segundo lugar.
Fiat 127 original con carrocería de 2 puertas.
Motor de la vieja escuela
La motorización elegida para acompañar el lanzamiento no era completamente nueva, sino que derivaba de la del 850 Sport: era un bloque de cuatro cilindros con una distribución de dos válvulas controlada mediante bielas y balancines, por un árbol de levas lateral, y tenía una cilindrada de 903 cm3 y 47 CV de potencia, suficientes para empujar al 127 hasta los 140 km/h que permitían las relaciones de la caja de cambios manual de cuatro velocidades.
Los primeros años transcurrieron con un buen éxito comercial, sin que fuera necesario realizar actualizaciones importantes. En 1975, un año después de que la producción alcanzara el millón de unidades, se introdujo la versión Special, mejor equipada y acabada.
Fiat 127 de 4 puertas.
La segunda serie
La verdadera novedad llegó entre 1976 y 1977 con la segunda serie del modelo, que estrenó variantes de cuatro y cinco puertas. Se hicieron gracias a SEAT, la filial española de Fiat que produjo muchos de los modelos de la marca turinesa bajo licencia, y que también desarrolló sus propias variantes. En el caso del 127, la empresa de Martorell también fabricó modelos con puertas traseras, también con o sin portón trasero, que fueron 'adoptados' en la gama Fiat.
Versión Sport de segunda serie, con motor de 1.050 cc y 70 CV.
Al mismo tiempo, se añadió un segundo motor a la oferta: se trataba de un 1.050 cm3 de fabricación brasileña, más moderno y potente, capaz de rendir unos 50 CV, sobre el que también se construyó el primer 127 Sport. Unas pocas modificaciones, entre ellas un carburador diferente, bastaron para elevar la potencia a unos impresionantes 70 CV y animar este pequeño coche, que también se caracterizaba por un alerón trasero, un volante y unas llantas deportivas, y una carrocería en negro con letras rojas o en negro con letras grises.
A principios de los años 80, con el modelo sumando ya una década a sus espaldas, llegaron más novedades: en una gama que entretanto se había enriquecido con el Ritmo y el Panda, y con el Uno en la recta final, el 127 seguía teniendo una posición sólida, que reforzó en 1981 con el motor diésel 1.3 de 45 CV y las variantes Panorama y Rustica, en esencia las versiones familiar y 'todoterreno'.
Fiat 127 Rustica
Fiat 127 Panorama
Ambas variantes eran originarias de Sudamérica, donde el 127 se llamaba 147 y también contaba con una gama ligeramente diferente. El Rustica, en particular, era una versión pensada para el campo y las carreteras no asfaltadas, que incorporaba una suspensión revisada, neumáticos con tacos y protecciones en la carrocería, incluidas las llamativas rejillas de los faros delanteros.
El Panoramica, por su parte, resultaba un auténtico coche familiar de tres puertas con una longitud de 3,92 metros, casi 30 centímetros más que la berlina, aunque tenía la misma distancia entre ejes, un amplio espacio de carga y un cómodo portón trasero.
Tercera serie
Apenas un año después, en 1982, llegó la tercera serie, que actualizó todas estas versiones (excepto el Rustica) con un frontal rediseñado, nuevos faros y paragolpes, y también se mejoró el Sport equipándolo con un 1.3 de 75 CV.
Tercera serie, de 1984, reconocible por el frontal rediseñado con paragolpes de plástico.
Dos años más tarde, en 1984, Fiat optó por nivelar las diferencias entre mercados y producir un único 127 'Unificata', que finalmente adoptó las características, también estéticas, del modelo brasileño con algunos cambios de detalle. También se simplificó la gama, suprimiendo las variantes de 2, 4 y 5 puertas, y dejando sólo la 3 puertas y el Panorama, con motores 1.050 cm3 y el diésel.
Casi 5 millones producidos
En Italia, la producción del 127 terminó en 1987, pero en Brasil continuó durante otros tres años. El número total de 127/147 construidos es de unos cinco millones, contando también los SEAT y otros producidos bajo licencia por Zastava, en Yugoslavia, y otras empresas asociadas en Polonia y Argentina.
En el caso de SEAT, la producción oficial del 127 tenía fecha de finalización en 1981, el año del fin de una colaboración de 30 años. De hecho, el siguiente modelo de la compañía española, llamado Fura, no es otra cosa que un 127 con el nombre y la apariencia ligeramente modificados, precisamente por la finalización del acuerdo de licencia. Por esto mismo, todos los ejemplares producidos hasta 1986 no se cuentan como 127.