En sus más de cuatro décadas de actividad, el carrocero suizo Rinspeed nos ha acostumbrado a mostrar creaciones decididamente extrañas, que sin embargo siempre tienen un principio de innovación técnica, tecnológica o conceptual.
El eXasis de 2007 es un ejemplo doblemente bueno de esta filosofía, porque unos años antes de la carrera por la sostenibilidad, ya proponía una idea de reducción del consumo y las emisiones, incluidas las industriales, basada en la investigación avanzada de materiales sintéticos.
Galería: Rinspeed eXasis concept (2007)
Doble celebración
El concepto eXasis debutó en el Salón del Automóvil de Ginebra del año 2007, celebrando dos aniversarios: el 30º aniversario de la empresa fundada por Frank M. Rinderknecht y el 40º aniversario del primer 'coche de cristal' fabricado por Bayer, socio del proyecto (en realidad no era de cristal, sino de plástico transparente).
La multinacional alemana, conocida por la mayoría como empresa farmacéutica y más concretamente por la Aspirina, cuenta también con una importante división bioquímica centrada en los plásticos y denominada MaterialScience, que ya había empezado en los años 60 a imaginar carrocerías sintéticas que pudieran sustituir al metal, ahorrando peso y simplificando la producción.

Los talentos de estas dos empresas se unieron en el eXasis, que se desarrolló con la ayuda de otra compañía suiza de ingeniería avanzada, Esoro. Combinaba una estructura ligera y una mecánica eficaz con una carrocería transparente fabricada por Bayer, y la propia plataforma estaba hecha de Makrolon, el nombre comercial del policarbonato de la empresa alemana.
Ultraligero
Más allá del efecto estético, el prototipo de Rinspeed presentaba unas cifras realmente interesantes: el pequeño motor Weber de 750 cm3, alimentado con bioetanol, ofrecía una generosa potencia de 150 CV, más que suficiente para desplazar apenas 750 kilogramos, por lo que la relación peso-potencia final era de solo 5 kg/CV.


Montado en la parte trasera, por encima de la transmisión, el motor también ayudaba a equilibrar los pesos al circular a plena carga, mientras los ocupantes se sentaban en fila en asientos Recaro especialmente diseñados.
Estos asientos se fabricaron en Makrolon, a raíz de un estudio especial sobre la disposición de los elementos transversales, que les daba la resistencia adecuada y un peso reducido. Los reposacabezas y los reposabrazos eran de Technogel transparente.


El chasis era de aluminio, mientras que muchos elementos interiores de efecto cromado se componían en realidad de materiales fabricados con aglutinantes de base acuosa, suaves al tacto pero más respetuosos con el medio ambiente que los existentes en el mercado. El Makrolon se utilizó incluso para decorar las llantas forjadas AEZ de 22 pulgadas y cinco radios dobles, equipadas con neumáticos Pirelli P Zero de alto rendimiento.


El eXasis también contaba con una sofisticada instrumentación digital que se adelantaba a los avances de la industria del automóvil, con dos indicadores transparentes y dos pantallas para controlar las funciones del vehículo.
Estos estaban hechos de Makrolon hueco, recubierto con una capa de Baytron, un material conductor de la electricidad, que permitía realizar interruptores 'virtuales' táctiles.