La semana pasada, el Parlamento Europeo aprobó oficialmente la prohibición de la venta de coches nuevos de gasolina, diésel e híbridos a partir del año 2035. Una decisión que, por otra parte, no es del todo sorprendente, dado que la idea llevaba ahí bastante tiempo.
Por eso, si los motores de combustión interna van a desaparecer en favor de los eléctricos, ¿por qué no viajar al pasado y rememorar algunos buenos recuerdos de mecánicas curiosas e inolvidables?
De hecho, aunque los propulsores térmicos siguen utilizándose hoy en día, algunos de ellos desaparecieron hace ya unos cuantos años, con la entrada en vigor de de las estrictas normas anticontaminación.
En ese sentido, hoy rememoramos el mayor y más potente motor diésel de producción jamás instalado en un automóvil. Se trata del V12 TDI de 6,0 litros de cilindrada de Audi, una unidad que este año celebra su 14º aniversario.
El motor llegó en 2008 y se instaló en el entonces relativamente nuevo Q7. Inspirado en su concepto y diseño inicial en el TDI de Le Mans, con el que Audi también escribió parte de su historia en el automovilismo, este V12, con una cilindrada de 5.934 cm3, era capaz de desarrollar 500 CV y 1.000 Nm de par. Y para que toda esa potencia llegara al suelo, la tracción a las cuatro ruedas era imprescindible.
En combinación con la última evolución de las transmisiones ZF, la HP32 de seis velocidades, esta versión del Q7 impulsaba hasta siete pasajeros de 0 a 100 km/h en solo 5,5 segundos. La velocidad máxima era de 250 km/h, autolimitada.
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Diez años después de que saliera del catálogo del fabricante de automóviles, ninguna otra marca ha tenido la audacia de introducir un motor diésel tan grande en un coche de producción. Es cierto que el Audi SQ7 y el Bentley Bentayga sí tuvieron sus versiones diésel, pero con un V8 TDI biturbo de 4,0 litros, más 'modesto' y con 435 CV.
Con la fecha límite de 2035 acercándose, la demonización del diésel y la llegada de los coches eléctricos, este V12 seguramente pasará a los libros de historia como el mayor y más monstruoso motor diésel en un coche de producción.
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