Durante el salón de Detroit del año 2007, hace ya tres lustros, el gigante americano Ford presentó un enorme sedán de interesante diseño, capaz además de funcionar con etanol E85, pero por alguna razón que desconocemos, nunca llegó a hacerse realidad.

Se trataba de una gran berlina de cuatro puertas y cuatro plazas, inspirada en el diseño de los coches americanos de los años 60, con un imponente frontal de parrilla cromada, similar al que posteriormente lucirían algunos modelos de la casa, como el exitoso Ford F-150.

Galería: Ford Interceptor Concept (2007)

El Interceptor Concept no era precisamente pequeño, con una longitud de 5,12 metros, 1,94 metros de ancho y apenas 1,39 de alto, así como una distancia entre ejes de 3,07 metros. De perfil destaca por la poca superficie acristalada, por una línea de cintura elevada y por generosas llantas de 22 pulgadas de diámetro.

Su interesante estética resulta incluso familiar, ya que en la vista lateral recuerda mucho al Chrysler 300C, un modelo de dimensiones similares (un poco más pequeño) que fue lanzado al mercado unos años antes, en 2004, y estuvo a la venta también en España.

Ford Interceptor Concept (2007)

Uno de los rasgos más interesantes de este prototipo era su motor V8 atmosférico de 5,0 litros, un verdadero clásico americano, pero en este caso adaptado para poder utilizar combustible E85, es decir, una mezcla de un 85% de etanol y un 15% de gasolina.

El bloque de ocho cilindros, derivado de la competición y apodado 'Cammer', ofrecía una potencia máxima de 400 CV e iba asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades, así que suponemos que el prototipo prometía unas prestaciones respetables.

Ford Interceptor Concept (2007)
Ford Interceptor Concept (2007)
Ford Interceptor Concept (2007)

También resulta muy curioso el habitáculo, en especial los dos relojes de la instrumentación, de aspecto retro, o el volante forrado en cuero y de tres radios dobles, que además tiene un aro de forma casi cuadrada. Tanto el salpicadero como las puertas están revestidos en cuero, y un gran túnel central divide el habitáculo en dos.

Los cuatro asientos, de interesante aspecto, lucen también tapizados en cuero y están equipados con cinturones de seguridad de cuatro puntos, aunque desde luego no tienen pinta de ofrecer mucha sujeción lateral. Los reposacabezas, además, no están unidos al propio asiento, sino 'colgados' del techo. Una solución nada habitual, desde luego.