La compañía británica Fifteen Eleven Design, dedicada a la restauración de vehículos clásicos, acaba de concluir uno de sus proyectos más interesantes, en concreto un histórico monoplaza de Fórmula 1 que ha sido devuelto a su esplendor original, tras más de 1.000 horas de trabajo.

Se trata concretamente del Williams FW07/04 con el que compitió el piloto australiano Alan Jones durante la temporada de Fórmula 1 de 1980, en la que ganó ambos títulos, y que ahora reside en Arabia Saudí, pero que fue enviado a Reino Unido para que la empresa lo restaurara por completo.

Galería: Fifteen Eleven Williams FW07/04 de F1

El proceso de restauración de este legendario monoplaza llevó 8 semanas, y el repentino encargo obligó a la compañía a dejar a un lado el trabajo que tenían entre manos, en concreto un restomod del Porsche 914, con el motor 3,4 litros de un Porsche Cayman S.

Lo primero fue dejar 'al desnudo' el monocasco de aluminio del coche, aunque hubo también que hacer un escaneado 3D para recrear aquellos componentes y recambios que ya no estaban disponibles. Después, todas las piezas del coche se desmontaron y fueron convenientemente restauradas, desde el cableado hasta el icónico volante de cuero verde del FW07/04.

Williams FW07/04 de F1

También se instaló un nuevo 3,0 litros V8 Cosworth DFV, fabricado por Geoff Richardson Racing Engines, y que va asociado a una transmisión completamente restaurada por los especialistas de Mark Bailey Racing.

Una vez estuvo listo, volvió a la ciudad de Yeda para enfrentarse al circuito de Arabia Saudí, donde fue pilotado antes del Gran Premio de hace unos días por leyendas del deporte como David Coulthard, Emerson Fittipaldi y Damon Hill.

Williams FW07/04 de F1

"El proyecto Williams FW07/04 ha sido sin duda una de las mayores tareas a las que se ha enfrentado Fifteen Eleven Design, y desde luego surgieron muchos retos por el camino, pero ha sido sencillamente mágico poder devolver esta máquina icónica a su antiguo esplendor", ha afirmado Chris Mellors, director de Fifteen Eleven.

"El dueño nos dio un espacio de ocho semanas y pronto nos dimos cuenta de la cantidad de trabajo que requería el proyecto. Pero cuando supervisas algo así, sabes que simplemente no puedes tomar atajos; tienes que conseguirlo", concluye.