El BMW X5 M Competition y el Mercedes-AMG G 63, con 625 CV y 585 CV respectivamente, no son modelos que se camuflan, con facilidad, entre el tráfico de la ciudad. Ni visualmente ni por el estruendo que emiten sus motores.
Sin embargo, para G-Power todo eso no es suficiente y, por lo tanto, el dúo de SUV deportivos, ambientalmente hostiles, recibe una puesta a punto como se merecen. Hasta 800 CV son posibles en varias etapas de potenciación.
Galería: G-Power BMW GX5M Bi-Turbo y G-Power Mercedes GP 63 Bi-Turbo
Todo comienza con el software de rendimiento 'GP-700', que ayuda tanto al motor 4.4 V8 biturbo del X5 M, ahora llamado G-Power GX5M Bi-Turbo, como a su homólogo de 4,0 litros del AMG G 63, ahora llamado G-Power GP 63 Bi-Turbo, a producir 700 CV. El par máximo del M aumenta hasta 850 Nm, mientras que el G 63 lo hace hasta los 950 Nm.
En la siguiente fase de desarrollo, que libera 750 CV y 900 o 1.000 Nm, se añaden las primeras mejoras de hardware al software de rendimiento 'GP-750': los vehículos reciben tubos de escape deportivos que reducen la contrapresión y la temperatura del escape.
Mientras que el GX5M Bi-Turbo siempre está equipado con un sistema de escape deportivo con función de mariposa en esta etapa, en el GP 63 Bi-Turbo es obligatoria una unidad de control de conducción optimizada de fábrica (módulo CPC) para aumentar el par motor y la velocidad máxima.
La mejora del hardware va más allá en la siguiente fase final, que en combinación con el 'GP-800' lleva a 800 CV y 950 Nm en el BMW y 1.050 Nm en el Mercedes-AMG. En esta etapa, se incluye una mejora del turbocompresor en cada caso.
Gracias a esas modificaciones, la sobrealimentación doble puede alcanzar presiones de soplado más altas y masas de aire significativamente mayores en comparación con las de serie. El GP 63 Bi-Turbo también incluye el sistema de escape activo a partir de esta etapa de preparación.
Por el momento, G-Power solo ha añadido llantas de aleación negras a los vehículos de alto rendimiento. Por lo demás, ambos 4x4 se mantienen casi en su estado estético de serie. Lobos con piel de cordero, nunca mejor dicho, a la vista de sus carrocería blancas.