Los motores turboalimentados son, actualmente, una solución técnica ampliamente utilizada por los fabricantes de automóviles. Les permiten alcanzar los niveles cada vez más exigentes de emisiones y consumos sin perder rendimiento, o incluso alcanzar cifras de potencia y par respetables sin necesidad de recurrir a grandes cilindradas. Pero hace unos 40 años, el escenario era bastante diferente.
En las décadas de 1970 y 1980, un modelo con la denominación turbo era algo revolucionario. En ese momento, estos nombres fueron considerados pioneros y, en algunos casos, alcanzaron la condición de iconos en la historia del automóvil. Pero, ¿cuáles son estos modelos? Aquí están los que llevaron el turbo a sus marcas, algunos no tan conocidos, otros mucho más.
Alfa Romeo Alfetta GTV Turbodelta - 1979
Para ser honestos, si hablamos de motores sobrealimentados, en primer lugar debemos mencionar a los legendarios veteranos de los años 20 y 30 como el Alfa Romeo 6C y el 8C, que siguen siendo muy populares en carreras históricas como la 1000 Miglia. Algunos de estos coches estaban equipados, como era costumbre en ese momento, con compresores tipo Roots, que aumentaron el rendimiento hasta en un 30%.
Si por el contrario, hablamos de turbocompresores y de la era moderna, nos remontamos a 1979, año en el que, para ratificar la versión de competición del coupé Alfetta GT desarrollado por el equipo Autodelta, Alfa Romeo fabricó y vendió 400 unidades del Turbodelta Alfetta GTV, propulsado por un 2.5 V6 turbo (componente inicialmente producido por Alfa Avio, luego por KKK) con nada menos que 150 CV, que le permitían alcanzar los 215 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos.


Audi 200 5T - 1979
Cuando piensas en un Audi turbo, inmediatamente piensas en el Quattro, que fue el primer automóvil con tracción en las cuatro ruedas, pero no el primero sobrealimentado. Su motor 2.1 de cinco cilindros fue, de hecho, tomado del 200, que a su vez era un modelo de gama alta derivado del 100. Lanzado a finales de 1979, ofrecía una variante turbo de 170 CV junto al 2.1 atmosférico, con el que alcanzaba 203 km/h y pasaba de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos.


BMW 2002 Turbo - 1973
Famoso no solo por ser el primer BMW sobrealimentado, sino también por ser el primer automóvil de producción europeo con un motor turbo, esta variante de la famosa 'serie 02' se basó en el modelo 2002 Tii con un motor 2.0 de inyección mecánica, de cuatro cilindros, pero con turbocompresor, de Kühnle, Kopp & Kausch (KKK).
Gracias a este dispositivo, el motor llegaba a los 170 CV. El modelo alemán era capaz de alcanzar los 211 km/h y de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos. Es recordado como uno de los coches más difíciles de conducir de su época.


Citroën CX 2500 D Turbo - 1983
La marca de los dos chevrones fue la primera alfabéticamente (pero no cronológicamente) en usar el turbo por primera vez en un motor de ciclo diésel en lugar de en uno de gasolina. El honor recayó en el 2500 D Turbo Diesel, ofrecido con una potencia inicial de 95 CV (15 CV más que el modelo atmosférico), que eran suficientes para llevar la berlina a más de 170 km/h, marcando poco más de 13,0 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h. El primer motor turbo de gasolina vio la luz dos años después, con la misma cilindrada que había en las versiones GTi y Prestige, con 168 CV.

Ferrari 208 Turbo - 1982
El turbo acudió en ayuda de la marca de Maranello a principios de la década de 1980, junto con la llegada de la inyección electrónica de combustible, cuando las normas anticontaminación modificaron en gran medida el rendimiento de los coches de Ferrari.
El 208, promocionado como una opción para evitar impuestos más altos para motores de mayor cilindrada, tenía solo 155 CV y no cosechó mucho éxito. De ahí la adopción de un buen turbo Kühnle, Kopp & Kausch (KKK) que de repente llevó el 'pequeño' bloque 2.0 V8 hasta los 220 CV y más de 240 km/h.


Fiat Uno Turbo - 1985
La firma de Turín alcanzó la era del turbo en la década de 1980 y comenzó con su cohete de bolsillo, el Uno Turbo. En Europa contaba con un motor 1.3 con turbo IHI e intercooler, y alcanzaba los 105 CV que, con su peso de menos de 900 kilos, le permitían llegar a 200 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos.


Mercedes-Benz 300 SD - 1979
Sí, el primer Mercedes-Benz turboalimentado fue de gasóleo y lo más interesante es que era un automóvil lanzado inicialmente en el mercado estadounidense. Hablamos de la serie 300 SD W126, que a finales de 1979 introdujo esta variante inédita del conocido motor diésel de 3,0 litros y cinco cilindros, que alcanzaba una increíble (en ese momento) potencia de 121 CV y con la que se lograba una velocidad de 175 km/h. En Europa, este motor llegó unos años más tarde con el W123.
¿Y en gasolina? Durante muchos años, Mercedes-Benz continuó ofreciendo motores de aspiración natural, pero el cambio de dirección se produjo en la década de 1990 con los primeros motores Kompressor, equipados con un compresor mecánico. El turbo tuvo que esperar hasta la década de los 2000.


Peugeot 604 D Turbo - 1979
Mientras Mercedes-Benz intentaba conquistar Norteamérica con su primer turbodiésel, Peugeot lo probó en Europa equipando su 604 con un turbo Garrett en un motor 2.3 de cuatro cilindros. La potencia era de solo 80 CV y la velocidad máxima de 150 km/h, pero fue el primer turbodiésel europeo.
Sin embargo, como el coche no tuvo mucho éxito, se recuerda poco. En gasolina, el primer 2.0 Turbo llegó en 1993, en el poderoso 405 T16 (derecha) con unos impresionantes 200 CV, y en el 605, que estaba equipado con una versión menos exagerada de 142 CV.


Porsche 911 Turbo - 1975
A finales de la década de 1960, la experiencia en la competición convenció a Porsche de que el turbo también estaba listo para la carretera y mejoraría, aún más, el rendimiento de su modelo insignia. El 911 Turbo, también conocido como 930, fue presentado oficialmente en 1974 y lanzado al año siguiente. Sin embargo, pocas personas recuerdan que el primer prototipo apareció ya en 1973, en el salón de Frankfurt, y tenía unos impresionantes 280 CV, que luego se redujeron a 260 CV en el modelo de producción.
A pesar del excelente resultado, el primer 3.0 tenía problemas de 'turbo-lag' (retardo), que hacía que sus respuestas fueran menos rápidas que las del 911 Carrera atmosférico, pero lo compensaba en aceleración. La primera serie hacía el 0-100 en 5,2 segundos y alcanzaba los 250 km/h, pero en la actualidad, sus herederos han más que duplicado la potencia, han reducido a la mitad el tiempo de aceleración y han superado la marca de los 330 km/h...


Renault 18 Turbo
Ya marcado por sus numerosos éxitos en el mundo de los rallies (con el Alpine A110), carreras de resistencia y F1 a finales de los 70, Renault decidió trasladar la tecnología turbo a sus modelos de calle. Pero si estás a punto de gritar el nombre del R5 Turbo o algún GT Turbo, para: el primer motor de producción turboalimentado fue, de hecho, el 1.6 del R18, en 1980, con una potencia inicial de 110 CV (luego aumentada a 125 CV), 9,3 segundos de 0 a 100 km/h y 185 km/h.


Saab 99 Turbo - 1977
Pionero en muchos campos, Saab también es recordado como el primer fabricante de automóviles en ofrecer un motor sobrealimentado en un automóvil con ambiciones no deportivas.
Lo hizo en 1977 con el 99 Turbo, un compacto de cuatro puertas con un motor 2.0 sobrealimentado, que en realidad se diseñó con una filosofía muy cercana a la moderna: el pequeño turbo permitía que el motor alcanzara los 145 CV, comparable a un bloque de seis cilindros equivalente, pero con un ahorro estimado de hasta un 30% en peso y consumo de combustible.


Volkswagen Golf Turbodiesel - 1982
En Volkswagen, el turbo también llegó antes en motores de gasóleo que de gasolina. De hecho sucedió en el Golf de primera generación, que lo recibió a finales de 1982 para ser utilizado un año después en el Mk II.
Era una variante del 1.6 Diesel, que así pasó de 54 a 70 CV. En gasolina, la sobrealimentación llegó en 1988 con el G60, aunque equipado con un compresor, mientras que el turbocompresor real se vio con el 1.8T de 125 CV, que apareció por primera vez en el Passat en 1996.


Volvo 240 Turbo - 1980
Volvo, como Saab, también disfruta de una larga trayectoria apostando por motores sobrealimentados. Entre sus modelos más famosos, podemos destacar el 480 y el 850 T5. Sin embargo, el primero fue el 240, con las versiones 244 Turbo y 245 Turbo (berlina y familiar) introducidas a fines de la década de 1980, que presentaban un motor 2.1 turboalimentado de 155 CV, conocido más por fiabilidad, que por las prestaciones o pretensiones deportivas que añadía al modelo sueco.