Desde que tomó la dimensión de coche global, ya en esta última generación, y empezó a llegar a los concesionarios europeos, puede que el Ford Mustang haya perdido un poco ese 'halo' de misticismo y leyenda que el modelo tenía a principios del siglo XXI.

De hecho, en ese contexto, en el que los pocos ejemplares que se veían en Europa eran de importación y solo podíamos disfrutar del Mustang y su motor V8 en los videojuegos, imaginaos el efecto que produjo la presentación de este concept, allá por el año 2006.

Porque nuestro prototipo olvidado de hoy es un modelo muy especial, ya que en él se juntan el legado de uno de los coches americanos más icónicos, con la visión del diseño de uno de los nombres más reputados que ha visto la industria del automóvil: Giugiaro.

Galería: Prototipos olvidados: Ford Mustang Giugiaro Concept (2006)

De hecho, la creación de este Ford tan especial nació dentro del seno de Italdesign (firma que actualmente se integra en el Grupo Volkswagen), en un proyecto liderado por Fabrizio, el hijo del legendario Giorgetto.

¿Y por qué hemos escogido este modelo? Bueno, porque realmente es un Mustang único, como jamás se ha visto en sus más de cinco décadas de historia. Y eso se consiguió, en parte, porque la ruda y sencilla imagen del 'pony car' se vio enriquecida por el toque personal y los trazos de uno de los estudios italianos de diseño más famosos del mundo.

El concept, basado en la quinta generación del Mustang GT, se presentó en el salón de Los Ángeles de 2006 y rápidamente atrajo las miradas de todos los asistentes. A fin de cuentas, la reinterpretación estética era realmente acertada: el coche seguía siendo un Mustang, pero sus trazos resultaban mucho más complejos y llamativos de lo habitual.

Estéticamente, son muchos los rasgos que llaman la atención: las grandes llantas de aleación de 20 pulgadas, el techo de cristal, la pintura en color naranja brillante... Sin embargo, hay un elemento que queda por encima del resto: las increíbles puertas de apertura vertical. Algo, por cierto, más propio de un Lamborghini que de un Mustang.

Pero no deberíamos quedarnos solo con este detalle. La anchura en el eje delantero se amplió en 30 milímetros, mientras que el trasero hizo lo propio en 80 mm. Además, los paneles de la carrocería fueron creados en el cuartel general de Italdesign en Turín, Italia, y se equiparon pasos de rueda de fibra de carbono.

Prototipos olvidados: Ford Mustang Giugiaro Concept (2006)

Todavía más excesivo y extravagante, al menos para los gustos europeos, podía resultar el interior, con detalles de color naranja por todas partes y una discutible tapicería de cuero, con unos acabados en piel de pony bastante particulares (y a buen seguro, no del gusto de todo el mundo).

¿La guinda del pastel? Pues sin duda, el propulsor V8 de gasolina, con 4,6 litros de cilindrada y un compresor volumétrico, que anunciaba nada menos que unos 500 CV. Un incremento de potencia que también se veía acompañado por distintas mejoras en el chasis.

Sin duda, unos complementos perfectos para un coupé tan llamativo como este. Un modelo al que su propio creador describió como el resultado de "30.000 horas de sangre, sudor y lágrimas".