Conducir en un circuito de carreras es una experiencia muy emocionante, pero hay un elevado riesgo de accidente. Eso es lo que le ocurrió a un Porsche 718 Cayman GTS en Nürburgring, que carga con una factura de reparación bastante cara, debido al implacable trazado alemán.

Los daños no parecen tan graves desde el exterior, pero debajo de la chapa hay 'heridas' importantes que pueden llevar al deportivo alemán a un prematuro final. No en vano, la factura de la reparación asciende a un total de casi seis cifras, 97.841,36 euros, según el vídeo de Misha Charoudin en YouTube.

Esa cifra es superior al valor del coche y a su precio de compra como nuevo hace dos años, lo que significa que el Cayman podría dirigirse al desguace. De los casi 100.000 euros de reparación, 65.000 van destinados a las piezas y otros 32.000 para la mano de obra. Además, hay que añadir los impuestos...

Las costosas piezas de Porsche incluyen 25.000 euros para la estructura de choque delantera, doblada y dañada en cuatro lugares. También se produjeron daños considerables en la suspensión delantera y trasera.

El coche se llevó la peor parte del impacto en la rueda delantera y el guardabarros, aunque el faro delantero (una pieza de 1.000 euros) y el paragolpes también resultaron muy dañados, al igual que el sistema de escape, el difusor trasero y la puerta izquierda, llena de arañazos.

Sorprendentemente, los airbags del coche no se desplegaron, probablemente debido al ángulo del impacto, que no supuso un golpe directo contra la parte delantera. Además, el coche chocó contra una barrera de seguridad que ayudó a absorber el impacto. Aún así, parece extraño.

La factura de las reparaciones habría sido aún mayor si dichos airbags se hubieran desplegado y hubieran empañado el interior. Los daños pueden parecer cosméticos, aunque el impacto a unos 200 km/h provocó la rotura de muchas piezas vitales.

Cabe recordar que el Porsche 718 Cayman GTS 4.0 recurre a un motor de 4,0 litros de cilindrada, bóxer y de seis cilindros, que además es atmosférico, con 400 CV, asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades y a un diferencial trasero mecánico. ¡Qué pena da verlo así!