En 1998, tres marcas pasaron a formar parte del Grupo Volkswagen, cambiando su historia para siempre. La cartera del gigante automovilístico alemán se enriqueció con Bentley, Lamborghini y Bugatti, tres firmas de nicho.

El acuerdo fue un salvavidas para todos estos fabricantes, pues estaban al borde de la quiebra a finales de la década de 1990. La dirección de Volkswagen tenía grandes planes para cada uno de ellos.

Volkswagen W12 (1997)
El primer Volkswagen W12 de 1997

Eso sí, no era posible relanzar estas marcas con diseños y motores convencionales. Por fortuna, los ingenieros germanos no tuvieron que ir muy lejos en busca de ideas, pues en 1997 se estrenó el concept car Volkswagen W12, que debía ayudar a la compañía a entrar en el segmento premium. Sin embargo, el papel principal en esta historia no lo desempeñó el coche en sí, sino su motor.

¡Menudo propulsor!

En esencia, esta mecánica surgió fruto de la unión de dos bloques VR6 de 2,8 litros. Para cualquier Volkswagen de la época, el propulsor era demasiado grande, por lo que se necesitaba alojarse en un modelo específico.  

Volkswagen W12 (2001)

Para desarrollarlo, Ferdinand Piech se dirigió al estudio Italdesign, creador del Golf y del Scirocco de primera generación, entre otros. El proyecto se preparó en un tiempo récord y, en tan solo medio año, en el salón de Tokio de 1997, Volkswagen mostró un concept car con motor central y tracción total que llevaba el nombre del motor de 12 cilindros.

Volkswagen W12 (1997)
Interior del Volkswagen W12 de 1997

A pesar de que el propulsor VR6 original desarrollaba 174 CV y 235 Nm, el gran W12 de 5,6 litros entregaba más del doble de potencia, llegando a unos impresionantes 420 CV y 530 Nm. En 1998, el Volkswagen W12 roadster con propulsión trasera se unió al modelo original. Sin embargo, debido a que los ingenieros tuvieron poco tiempo para construir los prototipos, la marca no divulgó cifras concretas de prestaciones.

Volkswagen W12 (1998)
El Volkswagen W12 de 1998 con carrocería roadster

Con este prototipo, Volkswagen demostró su capacidad para hacer coches más grandes y más caros que antes: el W12 fue un símbolo del comienzo de una nueva era en la historia de la compañía alemana.

En aquel momento, Ferdinand Piech comenzó a preparar el Phaeton, que llegó a la cadena de montaje cuatro años más tarde, y dio luz verde al desarrollo de una versión de producción del superdeportivo Volkswagen W12.

Volkswagen W12 (2001)
El último Volkswagen W12 de 2001

En 2001, la empresa volvió a llevar un concept del Volkswagen W12 a Tokio. Esta vez, presentó un modelo de preproducción con un motor de 6,0 litros aún más potente, que alcanzaba los 600 CV. En esta ocasión, sí se ofrecieron prestaciones. Este coche, con solo 1.200 kilos de peso, aceleraba de 0 a 100 km/h en tan solo 3,5 segundos y era capaz de superar los 350 km/h. 

El superdeportivo de producción estaba a punto de salir. De hecho, se debía empezar a fabricar a finales de 2002. Pero justo en ese momento, la dirección del Grupo Volkswagen pensó que este coche rivalizaría directamente contra el Lamborghini Murciélago, el Bentley Continental GT... y el futuro hiperdeportivo de Bugatti (el Veyron, por supuesto). Es decir, haría frente a las nuevas marcas de la multinacional germana.  

Volkswagen W12 (2001)
Volkswagen W12 2001

Esta fue la explicación de que este proyecto se quedara a punto de convertirse en realidad. El coche era tan bueno, que podía estar a la altura de los deportivos más exclusivos de la casa. ¡Una verdadera lástima!

Volkswagen W12 (2001)
Volkswagen W12 2001

Desde entonces, este modelo quedó apartado, aunque como puedes comprobar en las imágenes, el Veyron tomó ciertos rasgos estéticos del vehículo para convertirse en el hiperdeportivo de los 1.001 CV.