Estás viendo un ejemplar único que esconde tras él una historia llena de curiosidades interesantes. Estamos hablando del Lancia Fulvia HF Competizione, un concept car diseñado por Tom Tjaarda y construido por el taller de Ghia, que se presentó al público en 1969 en los salones de Ginebra y Turín.
En la actualidad, este modelo pertenece al lote Nº 175 de la subasta online de RM Sotheby's, identificado por el número de chasis 818.540 002279 y el número de motor 342, acompañado del certificado de autenticidad de Lancia Classiche. ¿El precio inicial? Solo 140.000 libras, lo que equivale a la modesta cifra de 155.556 euros.
Un poco de historia
El proyecto fue idea de Alejandro De Tomaso, quien a finales de los años 60 pensó que podría atraer la atención de Ford, haciendo creer a la compañía norteamericana que Lancia podría ser un rival de la marca Ferrari.
El objetivo de De Tomaso era, en realidad, convertirse en CEO de Lancia una vez que fuera comprada por Ford, en ese momento liderado por su querido amigo Lee Iacocca. El trato nunca se cerró y Fiat, tras descubrir el engaño, decidió adquirir Lancia.
Listo para la pista
En primer lugar, para hacer del Fulvia HF Competizione un verdadero coche de carreras, así como un gran turismo cotidiano, se utilizó el aluminio para construir el chasis, con la inclusión de acero en los refuerzos estructurales como la barra antivuelco.

El chasis, muy similar al del tradicional Fulvia, fue modificado por De Tomaso para colocar el motor V4 de 1,6 litros en una posición 30 milímetros más rebajada, con el fin de mejorar el comportamiento dinámico del coche. Otras modificaciones técnicas incluyeron la sustitución del eje trasero por dos semiejes oscilantes independientes y la inclusión de un gran depósito de aluminio en el compartimento trasero.
Pero eso no es todo, porque viéndolo desde fuera, el Fulvia HF Competizione subraya su verdadero carácter deportivo con una aerodinámica muy cuidada. En la parte delantera destacan los faros escamoteables y el capó con dos jorobas, inspirado en la competición, así como el tapón de combustible de apertura rápida, mientras que en la parte trasera hay un alerón retráctil ajustable, que aumenta la carga aerodinámica del coche.

Otras soluciones pensadas en el mundo de la competición son las ventanillas laterales de plexiglás y el parabrisas, hecho a medida por la empresa belga Glaverbel, que era 3 milímetros más delgado que el estándar, para ahorrar peso.