Si recordamos algunos de los modelos clásicos que han marcado la historia del automóvil en nuestro país, sin duda, los SEAT Panda y Marbella fueron los primeros coches con los que muchas personas, de mediana edad, aprendieron a conducir en España. Vehículos que estaban al alcance de casi todo el público y que, durante años, poblaron las calles y carreteras de nuestro país.

Basado en el Fiat Panda, el modelo español comenzó a fabricarse en las instalaciones de la firma en 1980. Se cumplen, por tanto, cuarenta años de su puesta en escena. Una fabricación que concluyó en 1986, año en el que el vehículo pasó a denominarse Marbella.

No obstante, en todo ese periodo, el SEAT Panda demostró una versatilidad asombrosa, deslumbrando en los rallies (con Carlos Sainz haciendo sus primero 'pinitos') o siendo capaz de transportar al papa Juan Pablo II, en su visita oficial a nuestro país.

Como apuntábamos, SEAT comenzó a fabricar el Panda, bajo licencia, a partir de 1980. No obstante, los orígenes de este modelo, diseñado por Giugiaro, discurren casi en paralelo, puesto que Fiat empezó a fabricarlo, en Turín, ese mismo año.

Dos años más tarde, el vehículo español tendría su particular momento de gloria, con la visita del santo padre a España. La rumorología afirma que Juan Pablo II no pudo utilizar su habitual papamóvil, porque sus dimensiones le impedían acceder a los estadios de fútbol del Real Madrid y del FC Barcelona, donde tenía que oficiar sendas misas multitudinarias.

Por ese motivo, SEAT fabricó un Panda sin techo que, por sus reducidas dimensiones, resultaba perfecto para poder acceder a las instalaciones deportivas sin ningún inconveniente. Los rumores también afirman que el vehículo fue construido y transformado en apenas 15 días.

SEAT Panda Papamobil (1982)

Sin duda, este vehículo fue y será uno de los SEAT Panda más recordados de la historia. Como decíamos, se fabricó a medida y tanto el techo como las ventanillas se eliminaron. En su lugar, los ingenieros de SEAT idearon una plataforma, similar a la de un pick-up actual, para que el papa pudiera saludar a los asistentes, sin problemas. El Panda incluía las banderolas típicas de los coches de representación, con las enseñas de España y el Vaticano.

SEAT Panda Papamobil (1982)

En la puerta del conductor se podía ver el escudo de armas del papa Juan Pablo II, acompañado de su lema en latín, 'Totus tuus' (Todo tuyo), refiriéndose a María, la madre de Jesucristo.

Sin embargo, el SEAT Panda pretendía ser un vehículo asequible, robusto y barato de mantener, accesible a un gran número de compradores. El "amigo para todo" dominaba la vida cotidiana de las ciudades. Con mecánicas de gasolina con 34 o 45 CV, se bastaba para transportar hasta cinco personas y, si era necesario, algún pequeño bulto en el maletero.

SEAT Panda

A lo largo de su trayectoria, el Panda asistió al nacimiento de varias e interesantes versiones, como el Panda Montaña, basado en el Panda 45, pero con varios elementos protectores, que le dotaban de una imagen algo campera. También hubo un Panda Terra, similar a un pick-up con techo de lona desmontable, así como un Panda descapotable o la versión comercial, denominada SEAT Trans.

SEAT Panda

La versión mejor equipada fue apodada Marbella. Esta versión incluía, de serie, faros antiniebla, cuentarrevoluciones, asientos más cómodos y llantas más anchas. Sin embargo, después de la disolución del acuerdo entre SEAT y Fiat, la firma española tuvo que renombrar a su modelo estrella en aquella época, optando por el nombre de SEAT Marbella a partir de 1986.

SEAT Panda

Ese año, SEAT ya estaba desvinculada de Fiat y el acuerdo con el Grupo Volkswagen parecía tomar forma. Tanto fue así, que coincidiendo con el restyling del Fiat Panda, SEAT aprovechó para presentar el Marbella, un modelo que, aunque técnicamente seguía compartiendo muchos elementos con el Panda, estéticamente sí que se mostraba diferencias.

No obstante, el SEAT Panda también brilló en otros escenarios, como el de la competición. En este sentido, el Panda Marbella se benefició de un motor revisado por el departamento de competición de la marca. La versión destinada a los rallies incluía carburadores más grandes, filtro de aire específico y sistema de escape de competición.

Con estas modificaciones y alguna más, el pequeño motor de cuatro cilindros y 900 cm3 entregaba más de 65 CV. La tracción era al eje delantero y disfrutaba de un diferencial mecánico de deslizamiento limitado.

SEAT Panda

Gracias a las modificaciones, el SEAT Panda era un vehículo muy solicitado por los jóvenes pilotos españoles. La firma española incluso organizó su propio trofeo monomarca, denominado  'Copa Panda'. En 1981 y 1982, un joven piloto madrileño se hizo con el título. Más tarde sería apodado 'El Matador'.

Efectivamente, hablamos del laureado bicampeón mundial de rallies y tres veces ganador del Rally Dakar, Carlos Sainz. Por cierto, el piloto madrileño acaba de ser galardonado con el premio Princesa de Asturias de los Deportes 2020.