Por fuera, este Mercedes-Benz 190 del año 1984 (sin la E, porque contaba con carburación y no con inyección) podría pasar perfectamente como un modelo clásico convencional, al que se le han incorporado unas llantas de aleación de mayor tamaño, pero la realidad es muy diferente. Basta con abrir el capó para demostrarlo...

La berlina alemana, perteneciente a la serie W201, es propiedad de un neerlandés que decidió sustituir el motor de 2,0 litros y cuatro cilindros, con 90 CV, por el monstruoso bloque V12, con 6,0 litros de cilindrada, de un 600 SEL.  

Como probablemente puedes imaginar, no fue precisamente fácil encajar este enorme propulsor en el vano motor de un coche jamás pensado para una mecánica de semejantes dimensiones. De hecho, el propietario tardó alrededor de seis meses en instalarlo. 

Al fin y al cabo, tuvo que realizar cambios notables en el compartimento para que entrase. Por ejemplo, el radiador se desplazó hacia adelante. Además, se añadieron dos peculiares tomas de aire circulares en los faros, para refrigerar el bloque. 

 

Este motor V12 desarrolla más de 420 CV y 585 Nm de par máximo, fuerza más que suficiente para un vehículo que, con el motor estándar, pesaba alrededor de 1.400 kilos. El descomunal empuje lo puedes comprobar en los vídeos adjuntos.  

Obviamente, la transmisión de serie también se sustituyó por una automática de cinco velocidades, procedente de un CL 600. Pero el cambio más sorprendente fue la suspensión BC de... un BMW Serie 3 E36. Por su parte, los asientos de cuero proceden de un 190E de 1987.

Todas estas mejoras se traducen en unas prestaciones impresionantes. El dueño del vehículo asegura que este 190 podría alcanzar una velocidad máxima de 350 km/h, aunque no lo ha llegado a intentar. Casi mejor...

Asimismo, afirma que solo necesita 4,0 segundos para pasar de 100 a 150 km/h y 11,0, de 100 a 200. Nos lo creemos perfectamente, dada la descomunal fuerza que muestra la berlina en las grabaciones. No te pierdas ni un segundo de ellas.