Han pasado 15 años desde que las paredes del salón de París 2004 asistieran a la presentación del Peugeot 907 Concept, un ejercicio de estilo que no dejó indiferente a nadie y que, incluso en los tiempos que corren, sigue sorprendiendo.
Para los diseñadores de este concept car fue prácticamente un sueño hecho realidad, tal y como dictan los comunicados de prensa de antaño. Sus líneas representaban la unión entre el pasado y el futuro del automovilismo, por lo que estábamos ante una reinterpretación moderna de lo que Peugeot venía haciendo a lo largo de la historia.
Con el paso del tiempo, hemos visto que el fabricante francés, junto a las marcas que integran PSA, siguen tratando de romper con las normas establecidas y ofrecer productos diferenciadores.
En el Peugeot 907 Concept podemos apreciar unos toques elegantes, a la par que deportivos, tanto en el exterior como en su habitáculo. En este último, la carga tecnológica, el máximo confort y el lujo eran un obligado en el prototipo.
La carrocería estaba fabricada en gran medida usando una base de fibra de carbono, con unas medidas de 4,37 metros de largo, 1,88 metros de ancho y 1,21 metros de alto. La batalla, por su parte, tenía una longitud de 2,5 metros.
En el capó se hacía uso de una estructura central transparente, que dejaba ver la presencia de un bloque de gasolina de 12 cilindros en V, de 6,0 litros de cubicaje y una entrega de 500 CV y 620 Nm.
Una bestialidad de mecánica, acoplada a una caja de cambios de tipo secuencial, con seis velocidades y que enviaba la fuerza al eje trasero.

El bloque se construyó uniendo dos motores V6 de 3,0 litros de cilindrada, dando como resultado uno de los concept más potentes de la historia de Peugeot.
Todo esto y un alerón trasero de tipo retráctil, hacían posible que, de haberse hecho realidad, este automóvil podría haber rivalizado contra modelos de la talla de Ferrari y Aston Martin, entre otras marcas de altas prestaciones.
El interior del Peugeot 907 Concept era todo un espectáculo, incorporando unos asientos deportivos forrados en cuero marrón y tejido Alcantara, acabado en tono gris claro. Tanto el volante como el pomo de la palanca de cambios contaban con inserciones de madera, detalles que lo posicionaban en el lugar de las grandes marcas Premium del momento.

El cuadro de instrumentos era analógico pero, en la consola central, había una pantalla táctil, con navegación por GPS y lector de archivos MP3, una auténtica revolución para los tiempos que corrían.
Una lástima que los rumores sobre la producción de 50 unidades limitadas nunca se hicieran realidad.
Lo que se ha perdido el automovilismo…