Probablemente, el Porsche 917 es el vehículo de carreras más famoso de la marca alemana. No en vano, se convirtió en ganador de las 24 Horas de Le Mans, consolidó el legado de Porsche en las competiciones de alto nivel e, incluso, protagonizó una película de Steve McQueen.
Nuestro protagonista es el ejemplar número 1 de este modelo, que ha recibido una espectacular restauración, mostrada en el evento alemán Retro Classics.
Presentado por primera vez en el salón de Ginebra 1969, destacó por su considerable longitud y su carrocería aerodinámica, diseñada para alcanzar velocidades superiores a los 322 km/h al llegar a Mulsanne, el famoso vértice del Circuito de La Sarthe.
El habitáculo incluye dos asientos de tipo baquet, que colocan a los ocupantes casi en posición horizontal. Al lado del volante de tres radios, sorprendentemente grande, está instalada una palanca de cambios manual, rematada con el tradicional pomo de madera.
'Enterrado' en las profundidades del chasis, se encuentra un motor de 4,5 litros y 12 cilindros en V, que produjo inicialmente 520 CV... en un automóvil que solo pesaba 800 kilos. Al igual que los 911 de la época, el 917 estaba refrigerado por aire.

El Porsche 917 número 1 no participó en ninguna carrera después de su debut en Ginebra. En cambio, se empleó para la investigación y el desarrollo de vehículos de carreras. A lo largo de los años, se presentó en varios colores y, después de que Porsche ganara Le Mans en 1970, se convirtió a la especificación 917K.
Posteriormente, se exhibió por todo el mundo y, finalmente, se retiró en el Museo Porsche. Con motivo de su 50 aniversario, la firma germana decidió devolver el aspecto original al automóvil, utilizando tecnología tridimensional de vanguardia, para que el proceso fuera lo más preciso posible.