Cuando la firma alemana presentó el Volkswagen Jetta preparado para el Salar de Bonneville, la idea inicial era que el coche estuviera listo el pasado mes de agosto, coincidiendo con la célebre Bonneville Speed Week.

Sin embargo, el equipo encargado del desarrollo de este coche de récord tuvo que enfrentarse a un contratiempo, en forma de "problema tonto de transmisión", según palabras de la marca, mientras se encontraba en el banco de pruebas. De ahí que su intento se haya retrasado un mes.

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De este modo, a la segunda tentativa, todo fue a la perfección. Al menos, al comprobar que el Jetta consiguió alcanzar los 338,15 km/h (210,16 mph) en Wendover (Nevada). La plusmarca se consiguió en el transcurso de la World of Speed de la Utah Salt Flats Racing Association (USFRA), dentro de la categoría Blown Gas Coupe (G / BGC). Al volante, se encontraba Scott Goetz, un veterano de la especialidad. 

Con más de 600 CV de potencia

Basado en la última generación del Volkswagen Jetta, su objetivo es demostrar el potencial del motor 2.0 TSI, con código interno EA888, que en el próximo Jetta GLI americano superará los 200 CV de potencia.

Pero aquí la historia es otra. En su preparación para Bonneville, el propulsor turbualimentado entrega más de 600 CV a 8.500 rpm. Para conseguir semejante registro, se ha incorporado un nuevo turbo, al tiempo que se han introducido mejoras en el escape, los árboles de levas, las válvulas y bielas. En resumen, solo se han mantenido el bloque y el cigüeñal original.

Pero para conseguir la plusmarca de velocidad, se necesita mucho más. Por ejemplo, neumáticos y llantas específicos, suspensión rebajada, diferencial de deslizamiento limitado... y, por supuesto, eliminar todos los elementos superfluos del habitáculo, donde se incluye una jaula antivuelco y un baquet con arneses. ¿Se necesita algo más? Sí, dos paracaídas para ayudar a frenar el coche a alta velocidad.