Ahora que el Renault Espace 2023 ha pasado de ser un monovolumen al uso a un SUV de siete plazas, para saltar de un segmento que está de capa caída a otro en pleno auge, no está de más viajar al pasado para conocer uno de los monovolúmenes más increíbles y alocados de todos los tiempos.
En efecto, nos estamos refiriendo al irrepetible coche familiar que adoptó un motor de Fórmula 1, concretamente, un V10 Renault F1, de 3,5 litros de cilindrada y 40 válvulas, que entregaba 820 CV directamente a las ruedas traseras, a través de una caja de cambios secuencial de seis velocidades, para mover un conjunto de 1.300 kilos de peso.
Pero recordemos más al detalle su historia, viajando hasta el salón de París de 1994, donde se presentó el prototipo. ¿Qué celebraba Renault con él? Pues básicamente, el décimo aniversario de su ya por aquel entonces tremendamente popular Espace.
Así era este monovolumen Renault con motor de F1
Y para conmemorar un hito de tal calibre, la firma del rombo amplió su relación con Matra para crear un prototipo muy especial. Casi tanto, como espectacular e irracional. Así nació el Espace F1 Concept, un monovolumen movido por el motor del Williams-Renault FW15C, campeón del mundo de F1 en 1993.
Galería: Renault Espace F1 (1994)
El propulsor V10 de 3,5 litros de cilindrada se colocó en posición central, tras sufrir una puesta a punto, que hizo incrementar la potencia de 700 a 820 CV. Si a este factor le añadimos el hecho de que incorporara una carrocería de fibra de carbono, no es de extrañar que esta auténtica 'bestia' fuera capaz de alcanzar los 312,2 km/h y de acelerar de 0 a 100 en apenas 2,8 segundos.
Además, gracias a la inclusión de un equipo de frenos con discos carbocerámicos, el monovolúmen francés podía completar la maniobra de 0-270-0 km/h en menos de 600 metros.
Gracias al mencionado empleo de materiales ligeros, y al trabajo de los ingenieros, el peso del conjunto apenas alcanzaba 1.300 kilos. También, en parte, por la construcción del chasis en fibra y la sustitución de algunos elementos, como el capó, el portón trasero, el techo y los cristales.
El resto de la carrocería, así como el habitáculo, tuvieron que 'adaptarse' para hacer hueco al motor de Fórmula 1, convirtiéndose así en el monovolumen más rápido del mundo.

Alain Prost, campeón del mundo de F1 en 1993, con el Renault Espace F1
Además, el interior incluía cuatro asientos individuales de tipo baquet, con una estructura construida en carbono (en qué material, si no), que eran idóneos para escuchar el chillido de la mecánica V10 en vivo y en directo.
Por motivos obvios, el Espace F1 no pasó de ser un prototipo 'one-off', sin ningún tipo de intención de alcanzar la producción. Ahora mismo, se encuentra expuesto en el Museo Matra, en Francia, siendo la viva imagen de uno de los concept más alocados y desproporcionados en la historia de Renault.