Se cumplen 50 años del nacimiento de las siglas AMG, el que ha sido posteriormente el departamento deportivo de la marca de la estrella. Y aunque los últimos modelos en portar tan insigne nombre puedan resultar muy llamativos, debes saber que la historia y el palmarés de AMG nació al volante del conocido 'cerdo rojo'.

Fundado por los ingenieros de Mercedes-Benz, Hans Werner Aufrecht y Erhard Melcher, la clientela de Mercedes-Benz aumentó considerablemente, gracias a sus creaciones. Todo comenzó con una petición bastante inusual de un cliente: quería transformar su Mercedes-Benz 300 SEL en un coche de carreras.
El cerdo rojo que conquistó Spa
El 300 SEL fue un vehículo rápido, de hecho fue el Mercedes-Benz más rápido de su época. El vehículo fue equipado con un potente motor V8 de, 6,6 litros de cilindrada, que desarrollaba una potencia de 250 CV. Para que te hagas una idea, tenía el aspecto de una barcaza y pesaba, prácticamente lo mismo.
Así las cosas, Hans Erhard, al más puro estilo AMG, se puso a trabajar en la transformación del encargo. Para empezar, modificó el propulsor para aumentar la potencia hasta los 420 CV. Sin embargo, el trabajo no había hecho más que empezar. Sustituyó las puertas originales por otras de aluminio mucho más ligeras, eliminó los asientos posteriores y los paneles de las puertas. Aumentó el ancho de las vías e incluyó neumáticos más anchos, además de incluir una jaula antivuelco. A la vista de la mayor anchura, tuvo que agrandar los pasos de rueda para adoptar los nuevos neumáticos de competición.

Se le añadió una suspensión de competición que rebajó bastante la altura libre al suelo y modificó el aspecto del vehículo, convirtiéndolo en uno de los coches de carreras más inusuales del mundo. Del mismo modo, fue el primer coche de competición en portar las siglas AMG.
En 1971, cuando Mercedes-Benz 300 SEL 6.8 AMG retumbó por primera vez en el padock de Spa, por primera vez, el público lo señaló y no dejó de reírse a su paso. De inmediato, recibió el apodo 'Red Pig' debido a su peculiar aspecto y a su carrocería roja. Sin embargo, todos aquellos que se burlaban del coche, no sabían lo que iba a suceder, 24 horas más tarde.

Partió de la quinta posición de la parrilla, el cerdo rojo comenzó a rugir. Por delante, restaban 24 horas de competición. Fue conducido con determinación por Ckemens Schickentanz y Hans Heyer y cuando llegó la noche, todos aquellos que se burlaron del coche, comenzaron a permanecer en silencio. El coche no solo mantenía el ritmo de los mejores, si no que el objetivo de la victoria no parecía una ilusión.
Así las cosas, al despuntar el día, el modelo de la estrella mantuvo su posición privilegiada, cruzando la meta en primera posición de su categoría y superando a rivales que, a priori, eran mucho más rápidos. De hecho, podría haber conseguido la victoria en la general si no hubiese tenido que parar a repostar tantas veces, para alimentar a la bestia.

A medida que pasó el tiempo, la fama de AMG creció y sus ingenieros fueron reconocidos a nivel mundial. El reconocimiento llegaría más tarde por parte del fabricante de las estrella y hubo que esperar al año 1999, momento en que la marca entró a formar parte del accionariado de AMG y, posteriormente, en 2005, se convirtió en el único propietario de la misma.
Una reconstrucción milimétrica
¿Y qué paso con el cerdo rojo? Por desgracia no tuvo un final feliz. Después de la carrera, sus propietarios lo vendieron a una compañía de aviones. Como era uno de los coches más rápidos de la época, era el banco de pruebas perfecto para desarrollar un tren de aterrizaje a alta velocidad. No pasó mucho tiempo hasta que el legendario coche de carreras fuera destruido por completo.

Sin embargo, el cerdo rojo volvió a la vida en el año 2006. En esa fecha, los responsables de AMG desempolvaron los planos originales del vehículo. Lo reconstruyeron tornillo a tornillo y tuerca a tuerca, hasta que obésturvieron una réplica exacta del original. Los puristas dirán que no se trata del vehículo original. Sin embargo, siendo realistas, este modelo es lo más cercano que nunca podrás estar del Mercedes-Benz 300 SEL 6.8 AMG que conquistó las 24 Horas de Spa y, de paso, inauguró el brillante palmarés de AMG.