La carrera de resistencia más famosa del mundo, las 24 Horas de Le Mans, son una lección de vida, tanto para los pilotos como para los miembros de los equipos. Después de su decimonovena victoria en Le Sartre, Porsche no puede decir lo contrario, ya que, en gran medida, su leyenda se ha forjado con las victorias en el trazado francés.
Una carrera que se prometía bajo el dominio de Toyota, que había desplegado tres coches oficiales. Sin embargo, la firma de Zuffenhausen consiguió alzarse con la victoria final, no sin encontrarse con numerosos problemas imprevistos.
Porsche 919 hybrid #2, del descarte a la victoria
De esta forma, al margen de los problemas con el sistema híbrido del coche #2 durante las primeras horas de la carrera, hubo que sumar el abandono por rotura del motor del Porsche #1. Sin embargo, la magnífica remontada del segundo Porsche desde la parte baja de la clasificación, coincidiendo con la catastrófica noche de Toyota, que tuvo que presenciar el abandono de dos de sus coches, llevó al fabricante alemán a recordar una máxima con especial sentido en la carrera francesa: "Nunca hay que darse por vencido".
El vídeo que acompaña a esta noticia resume, en pocos minutos, las aventuras de la marca alemana durante su participación en la 85ª edición de las 24 Horas de Le Mans. Un final de infarto, en el que Porsche salvó el honor de la categoría reina LMP1, gracias a esa remontada épica, superando a sendos LMP2, que estrenaban reglamentación este año.
Se trata de vehículos menos potentes que los LMP1, pero mucho más fiables, como se ha demostrado este año. Un triunfo que amplía el palmarés del fabricante germano hasta las 19 victorias y que, probablemente, también haya aumentado la sed de venganza de Toyota para el año que viene. Aunque no está confirmado al 100%, parece claro que en la próxima edición se volverá a repetir el duelo entre japoneses y alemanes... si algún Oreca, Dallara, Ligier o Alpine no lo impiden.