En frasco pequeño
Aunque pueda parecer un coche largo, en realidad tiene unas dimensiones bastante compactas, sobre todo en comparación con otros superdeportivos. Con 4,35 metros de largo, es cierto que mide ligeramente más que el McLaren F1 original (4,29 m), en el que se inspira, pero en realidad es más pequeño incluso que un Porsche 718 Cayman, y apenas 3 centímetros más largo que un BMW Z4.
V12 y atmosférico, por supuesto
La joya de la corona del T.50 es su propulsor de doce cilindros. Según Murray, nunca se plantearon una opción diferente a un V12 atmosférico, y él además quería un bloque pequeño, como el clásico 3,0 litros V12 'Colombo' de los Ferrari 250, pero finalmente, para cumplir con los requisitos de prestaciones del coche, acabaron con un bloque de 3,9 litros (V12 a 65 grados), desarrollado por Cosworth.
Se trata de un motor muy potente, con 663 CV a 11.500 rpm, pero sobre todo capaz de subir de vueltas mucho y muy rápido. Alcanza nada menos que las 12.100 rpm. ¡En un coche de calle!
Libre de correas
Este motor V12 no tiene ningún componente auxiliar movido por correas, y es justo lo que Murray buscaba. Cosworth aportó la idea de incorporar un ISG y una batería, para convertir el V12 en un mild-hybrid, de manera que el ISG actúa como motor de arranque y alternador. Además, no aumenta el peso del vehículo, sino que ahorra unos kilogramos, ya que el resto de componentes ya no son necesarios.
Incorpora un ventilador
Aunque no quedaban a la vista, el McLaren F1 ya incorporaba ventiladores para crear efecto suelo, pero para el T.50 hacía falta uno bastante generoso, de 40 centímetros de diámetro, de manera que hubo que instalarlo en la zaga. Básicamente, esto permite un diseño limpio, ya que no hacen falta alerones ni aditamentos aerodinámicos, y toda la carga se genera en los bajos del vehículo, de donde dicho ventilador extrae aire.
Un peso inferior a la tonelada
Uno de los aspectos clave del modelo, más allá de su potencia, es el peso del conjunto. Al conseguir una cifra inferior a la tonelada, de 986 kilos, la relación entre peso y potencia es salvaje. Hablamos de 672 CV por tonelada, o bien 1,41 kg/CV, números de los que no puede presumir prácticamente ningún coche de calle del mercado. Un coche de circuito, como el McLaren Senna GTR, quedaría muy cerca, con 1,44 kg/CV, ya que es más potente (825 CV).
Faros específicos para el T.50
Según el propio Murray, una de las chapuzas más sangrantes del McLaren F1 que diseñó en los años 90, es que hubo que utilizar unos faros que provenían de otros vehículos, y en este caso quiso quitarse la espinita, encargando unos específicos para el T.50. Se trata de unas potentes unidades LED que cuentan con su propio sistema de ventilación interior, ya que generan bastante temperatura.
El T.50 tampoco tiene espejos retrovisores exteriores, ya que se pretende instalar un sistema de cámaras, que todavía no se ha especificado.
Los neumáticos adecuados, sin excentricidades
Aunque Murray asegura que no está interesado en las cifras de prestaciones de su creación, y de hecho ni siquiera se han anunciado, lo cierto es que solo por potencia y peso, ya sabemos que será una auténtica animalada. En todo caso, el diseñador ha afirmado que el coche lleva las llantas y neumáticos que necesita, ni más ni menos, aunque parezcan escuetas en un coche así: 235/35 R19 delante y 295/30 R20 detrás.
Puertas verticales o diédricas
El T.50, como el McLaren F1, tiene unas puertas verticales, también llamadas diédricas o de tipo alas de mariposa, y resulta curioso que los compartimentos que hacen de maleteros, a ambos lados, también se abren de esta curiosa forma. Lo bueno es que tanto las puertas como los maleteros, se pueden abrir de manera independiente, a través de la llave.
Puesto de conducción central
Continuando con la temática F1, el T.50 de Murray también ha conservado el característico puesto de conducción central, aunque según su creador, ahora los dos asientos laterales son algo más grandes, para mayor comodidad de los ocupantes.
Además, el interior es muy sencillo, con un cuentavueltas analógico, volante de carbono, sin pantallas táctiles, y con los mandos justos y necesarios. De hecho, Murray no quería palancas en la columna de dirección, de manera que los intermitentes, por ejemplo, se activan a través de mandos en el volante.
Potente, ligero... ¡y manual!
El proyecto original contemplaba que el T.50 recurriera a una caja de cambios secuencial, aunque al parecer, según ha comentado Murray, los clientes (solo habrá 100 ejemplares, a 2,6 millones de euros cada uno) pidieron que se equipara una caja manual en H, por lo que finalmente el modelo utiliza una caja Xtrac de este tipo, con seis velocidades, que además es la opción más ligera posible.