Sin guantera
Aunque parezca mentira, también hay coches sin guantera. La primera generación del deportivo de motor central de Porsche, el Boxster (986), no tenía ningún compartimento de este tipo, así que los ocupantes debían guardar sus cosas detrás de los asientos. A partir de la segunda generación (987), presentada en 2004, el modelo ya incorporó una guantera al uso, bajo el salpicadero, en el lado del ocupante.
Múltiples huecos
Sorprendentemente, el coche más barato del mundo, el Tata Nano, sí contaba con una solución al estilo de una guantera, en la que poder guardar enseres, aunque no era nada convencional. Hablamos de múltiples huecos, así como bandejas anchas y profundas, en la propia consola central de plástico.
Aunque pudiera resultar útil, no era la alternativa más segura en caso de un impacto. La versión Luxury, eso sí, ponía solución a esto, con una especie de tapa sobre el salpicadero, en el lado del pasajero, que recordaba a la que encontramos en el Renault Twizy.
La tapa, en opción
Diversos modelos urbanos, como el smart fortwo, el Volkswagen Lupo, el Peugeot 107 o los Citroën C1 y Toyota Aygo de primera generación, contaban con una especie de guantera abierta delante del pasajero, o más bien un estante, y se ofrecía como opción o accesorio una tapa con bisagra y cerradura, que lo convertía en una guantera convencional.
Bolsillo para los papeles
En ciertos modelos urbanos y utilitarios, pensados para la ciudad, los interiores suelen ser de estilo minimalista, así que encontrar espacio adicional para guardar objetos suele ser un problema. A veces, los fabricantes se ven obligados a inventar soluciones diferentes, como es el caso del Renault Twingo de primera generación, que ofrecía solamente un bolsillo de plástico, para guardar revistas o los papeles del coche, frente a las rodillas del pasajero.
Una carpeta extraíble
Los japoneses de Toyota fueron un paso más allá cuando lanzaron el pequeño iQ, en el que no existía espacio para una guantera en el salpicadero. Así pues, la marca decidió instalar una especie de carpeta para documentos, pegada con velcro y extraíble, que el conductor podía llevarse al salir del vehículo.
Estilo buzón
En el Mazda2 de segunda generación, antes del restyling, encontramos una guantera convencional, incluso en el lugar habitual, pero con un tirador algo extraño y una superficie que llega casi al suelo. Cuando la abres, es como una cueva, con dos compartimentos casi sin fondo, que recuerdan a los de un mueble zapatero de IKEA. Lógicamente, cabe casi de todo. Además, no es necesario abrir la tapa para meter papeles, ya que hay una ranura superior, al estilo buzón.
Dos pisos: desván y trastero
Con ático y sótano, así son las guanteras de dos pisos, que cuentan con un par de secciones separadas, con tapas superpuestas y enfrentadas, y que son bastante comunes. Podemos encontrar este tipo de solución en el primer Toyota Yaris, pero también en el Skoda Kodiaq o en el Skoda Fabia de segunda generación.
Entre los asientos
La guantera del Mazda MX-5 de última generación (ND) no está en el panel frontal, bajo el salpicadero, sino en la parte trasera del habitáculo, justo entre los respaldos de ambos asientos. Lógicamente, como es un modelo con el que se puede circular 'a cielo descubierto', la pequeña guantera tiene su propia tapa, para evitar sustos.
Con contraseña
Uno de los diseños quizá más interesantes, o al menos curiosos, es la guantera secreta que incorpora el Cadillac Escalade tras el panel central, bajo el sistema multimedia, que se abre al pulsar un botón cromado. En la configuración del sistema, además, se puede establecer una contraseña de cuatro dígitos para la apertura de la misma. Otros modelos de General Motors, como los Chevrolet Traverse y Malibú, cuentan con soluciones similares.