A pesar de que hace relativamente poco que estrenó su segunda generación (octubre de 2019), la historia del Nissan Juke ya es la de un modelo de éxito, que en cierto modo se adelantó a la 'explosión' de ventas del segmento de los todocaminos urbanos.
Un modelo que, en esta segunda entrega, ha crecido en todos los sentidos, pero que se ha mantenido fiel a una de sus cualidades principales: un diseño propio y muy personal, que se sale de lo común.
Y en esta prueba del Nissan Juke 2021, vamos a analizar todo el 'arsenal' con el que este SUV se 'defiende' en un segmento con una competencia feroz, en el que cada día aparecen nuevas alternativas, cargadas argumentos (y de electrificación).
En este caso, el protagonista de nuestra prueba es la versión tope de la gama Juke 2021, o lo que es lo mismo, la variante con el completo acabado N-Design y el propulsor turboalimentado de gasolina 1.0 DIG-T de 114 CV.
Y tal vez, esa es una de las peculiaridades de esta última entrega del modelo japonés, ya que su catálogo de producto está compuesto únicamente por esta mecánica tricilíndrica de gasolina.
Algo sorprendente, sin duda, aunque no tanto por el hecho de no ofrecer mecánicas diésel (en coches de enfoque urbano, puede que tenga sentido), sino porque no haya una sola versión con etiqueta Eco de la DGT, lo que hoy en día es importante en muchas grandes ciudades.
Otro aspecto curioso es que no haya posibilidad de optar por una cifra de potencia que no sean los 114 de dicho propulsor DIG-T. Sobre todo, teniendo en cuenta que el anterior Juke ofreció opciones de entre 94 y 218 CV (versión NISMO, incluida).
Una simplicidad en la gama que también se traduce en la ausencia de versiones con tracción total. Eso sí, es posible optar por la trasmisión automática de doble embrague DCT, de siete velocidades.
Volviendo al Juke actual, cuenta con unas dimensiones mayores, al alcanzar los 4,21 metros de largo (7,5 centímetros más que antes), 1,80 de ancho y 1,60 de alto. Respecto a la batalla, crece hasta los 2,64 metros, con una ganancia de 10,6 centímetros frente al modelo anterior. Todo, fruto del empleo de la plataforma CMF-B, compartida con el Grupo Renault.
Dichos datos se traducen en una habitabilidad mucho mejor, con un espacio bueno en las plazas traseras para dos adultos. Pero también, en un maletero con una mayor capacidad, ya que pasa de 251 a 422 litros.


Por su parte, el interior muestra una imagen moderna y desenfadada, combinada con unos buenos ajustes (y algún que otro plástico duro). Llama la atención el volante multifunción, con un diseño similar al que estrenó el GT-R hace unos años. Pero también, la pantalla táctil del sistema multimedia, que es de 8,0 pulgadas.
De serie, dicho sistema incluye control por voz, radio digital y los protocolos de conectividad Apple CarPlay y Android Auto, mientras que el navegador hay que pagarlo aparte. Por su parte, el sistema de sonido BOSE con ocho altavoces (incluidos en los asientos) cuesta 624 euros, mientras que la vistosa tapicería de cuero, con acentos naranjas, es una opción sin coste.

Pasando al plano puramente mecánico, ya te hemos dado algunas pinceladas sobre el motor DIG-T que equipa el modelo. Básicamente, hablamos de un tres cilindros con 1,0 litros y un turbo, que entrega 114 CV de potencia y 200 Nm de par desde las 3.000 vueltas.
En esencia, se trata de un propulsor cumplidor y voluntarioso, con un refinamiento bastante elevado para tratarse de un tricilíndrico, que únicamente transmite algunas vibraciones en parado. Y además, cuenta con un consumo bastante razonable: la cifra oficial es de 6,2 litros cada 100 kilómetros y, siendo cuidadosos, apenas ha estado unas décimas por encima durante nuestra prueba.
Eso sí, hay que hacer especial hincapié en el término 'cuidadosos', ya que si se busca sacarle el máximo rendimiento, hay que buscar los regímenes medios y altos, gestionando con precisión la caja de cambios manual, de seis marchas. Y al hacerlo, el consumo se irá más allá de los 7,0 litros con bastante facilidad. Algo que tampoco es ninguna novedad en este tipo de motores tricilíndricos, todo sea dicho de paso.

En términos de prestaciones, esta versión del Juke 2021 anuncia una velocidad máxima de 180 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 10,7 segundos. Datos que hacen ver que resulta un modelo más que suficiente para la ciudad, pero que también puede cumplir en carretera.
En este sentido, callejeando, el Juke es un coche ágil y razonablemente confortable (más que el modelo anterior), que además tiene unas medidas que todavía hacen que se aparque bien con él. Eso sí, la suspensión sigue resultando bastante firme, aunque menos seca que en el modelo precedente.
Algo que es una ventaja, cuando se rueda por carretera, ya que apenas transmite sensación de balanceo en las zonas de curvas. Si a ello le unimos una estabilidad bastante elevada y una dirección precisa (con buen tacto y dureza adecuada), la nota dinámica para el coche roza el notable.

Dicho esto, el Juke ofrece un selector de modos de conducción con tres modos, Eco, Normal y Sport, de cara a que sus cualidades se adapten a las necesidades del usuario en todo momento.
Del mismo modo, se ofrece una función de conducción semiautónoma, conocida como ProPilot, que funciona gracias al sistema de mantenimiento de carril y al control de velocidad de crucero adaptativo. Eso sí, se debe adquirir dentro del paquete Pack Technology, que cuesta 831 euros e incluye otras muchas ayudas electrónicas a la conducción.
Para finalizar, solo nos queda indicar que la gama cuenta con seis acabados, repartidos entre Visia, Acenta, Enigma, N-Connecta, Tekna y N-Design, con un precio de partida de 21.700 euros (18.100 con descuento), que en el caso de la versión probada asciende hasta los 27.108 euros (23.508 con oferta).
Nissan Juke N-Design 1.0 DIG-T 114 CV