Si hay algo que no se nos ocurriría poner en duda, es el hecho de que, hoy en día, BMW ofrece un modelo de coche para cada tipo de conductor. De hecho, su gama es tan amplia que, para quien no esté familiarizado con ella, puede llegar a apabullar.
Sirva como ejemplo el Serie 2, una denominación bajo la que se comercializan modelos de todo tipo: coupé, descapotable, monovolumen de cinco o siete plazas, deportivo... ¿La guinda al pastel? El modelo que hoy ponemos a prueba, el nuevo BMW Serie 2 Gran Coupé 2020.
Este curioso vehículo mantiene todas las buenas cualidades de la 'familia', añadiendo un indudable toque de atractivo y elegancia, propio de segmentos superiores. De hecho, nos atreveríamos a decir que está a la altura de lo que representa el término Gran Coupé y que ya habíamos experimentado en otros modelos pares, como los Serie 4, Serie 6 y Serie 8.
Galería: Prueba BMW 220d Gran Coupé 2020
En términos de dimensiones externas, el Serie 2 Gran Coupé se coloca a medio camino entre el Serie 1 y el Serie 3 Berlina, ya que mide 4,52 metros de largo, 1,80 de ancho y 1,42 de alto.
Estéticamente, el Serie 2 Gran Coupé no deja indiferente, empezando por el frontal, en el que encontramos unos riñones grandes, aunque no tanto como los del nuevo Serie 4 Coupé.
Ahora bien, es la parte trasera la que marca la personalidad de este coche tan especial. Voluminosa, con unos pilotos estrechos y alargados y una doble salida de escape, es difícil encontrar algo parecido en el mercado.
¿Y la vista de perfil? En ella, podemos descubrir una de las principales señas de identidad del modelo: la acentuada caída del techo, combinada con la reducida superficie acristalada.
Tampoco pasan desapercibidas las llantas de aleación de 18 pulgadas (opcionales, cuestan 1.332 euros) y la sobria pintura Mineralgrau (que vale 997 euros).
Al acceder al habitáculo, rápidamente te asalta esa sensación tan agradable y familiar que se siente al volante de cualquier BMW. Se aprecia calidad hasta en el último rincón y los trazos son serios pero refinados. Lo que, en el fondo, se le pide a un coche como este.
El cuadro de instrumentos Live Cockpit Professional, con diferentes vistas, es el detalle que más llama la atención del conductor, tanto por su diseño como por lo bien que funciona. Sin embargo, el paquete de iluminación ambiental será lo que deje a los ocupantes con la boca abierta, por su efecto y colorido.

La tecnología es uno de sus puntos fuertes, como demuestra el sistema de audio Surround de Harman Kardon, con 12 altavoces, o el cargador inalámbrico para el móvil.
El sistema multimedia cuenta con una generosa pantalla, de 10,25 pulgadas, e integra un avanzado sistema de navegación. Además, el equipo puede manejarse mediante gestos, con un mando de control con superficie táctil o mediante órdenes de voz inteligente (mediante el comando 'Hola BMW'). Esa es la magia del sistema BMW Intelligent Personal Assistant.

Por dentro, el conductor disfruta de un volante de buen tacto, con el grosor justo, y un asiento deportivo, que recoge el cuerpo a la perfección. Por su parte, las plazas traseras son apropiadas para dos adultos, con un buen espacio para las piernas y una altura justa, para todo aquel que mida 1,80 metros o más.
Mucho mejor es el maletero, que ofrece un total de 430 litros de capacidad, aumentando el potencial práctico del coche.


Si entramos a analizar el aspecto mecánico, en líneas generales, el BMW Serie 2 Gran Coupé ofrece opciones para todos los gustos y necesidades, con motores turboalimentados de gasolina y ciclo diésel, con potencias comprendidas entre los 116 y los 306 CV de potencia. Porque no, no existe un M2 Gran Coupé, aunque tampoco sería mala idea...
En el caso de la variante de gasóleo 220d, que es la que ponemos a prueba, nos encontramos ante un interesante punto medio, ya que su propulsor turbodiésel de cuatro cilindros anuncia 190 CV de potencia.

Sin lugar a dudas, la eficiencia es uno de sus puntos fuertes, ya que anuncia un consumo medio de apenas 4,9 litros cada 100 kilómetros, que corresponden a unas emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 128 g/km. Durante nuestra prueba, la cifra 'real' mantenida no ha sido mucho mayor... llegando a estar por debajo, en recorridos puntuales.
Gran parte de la 'culpa' del buen dato recae sobre la transmisión automática con convertidor de par Steptronic, con ocho marchas, que presenta un funcionamiento suave, preciso y veloz. Eso sí, si se desea disfrutar de levas para llevar a cabo un manejo manual-secuencial, hay que equiparlas como opción (cuestan 171 euros).

Con la tracción delantera y el resto de elementos trabajando en conjunto, las prestaciones del Serie 2 Gran Coupé son realmente buenas, ya que alcanza los 235 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 en 7,5 segundos.
De hecho, el propulsor turbodiésel, de 2,0 litros de cilindrada, es uno de los aspectos más destacados del 220d, tanto por su bajo consumo, como por la buena respuesta que asegura. Así lo demuestran los 400 Nm de par máximo que declara, en un amplio rango de revoluciones: entre 1.750 y 4.000 vueltas.
Y a pesar de lo que pudiera parecer, porque desde fuera se oye bastante, otro aspecto que convence es la reducida sonoridad que llega hasta el habitáculo, lo que no hace sino incrementar el confort de los pasajeros.

Tal y como se menciona en el vídeo que encabeza esta noticia, al volante, el Serie 2 Gran Coupé transmite ese 'tacto' dinámico tan característico de todo BMW, que te anima a conducir alegre y te dibuja una sonrisa en la cara, cuando se acerca un tramo de curvas.
De hecho, a ritmos medios y elevados, el conjunto no muestra ni el más mínimo rastro de balanceo, pero tampoco resulta incómodo, alcanzando un equilibrio sobresaliente. Solo cuando se busca el límite, es cuando se empieza a descubrir que no es un coche deportivo como tal, descubriendo que a la dirección le falta un punto de precisión o que el chasis empieza a verse en apuros.
En cualquier caso, para adaptarse a los conductores más dinámicos, además de la suspensión de serie, BMW ofrece la deportiva M o una de tipo adaptativa, para mejorar, todavía más, las sensaciones al volante.

El control dinámico de la conducción Driving Experience Control es uno de los elementos más prácticos del coche, bajo nuestro punto de vista, ya que permite adaptar distintos parámetros del coche a las necesidades de cada momento, a través de los modos Sport, Comfort y Eco Pro.
Por supuesto, se ofrecen múltiples ayudas electrónicas a la conducción: asistente de luz de carretera, control de velocidad de crucero adaptativo con función Stop&Go, sistema de alerta por cambio involuntario de carril…
Sin embargo, ninguna como el asistente de marcha atrás, un sistema con el que el coche es capaz de deshacer el camino hecho anteriormente, ante la presencia de un obstáculo, por sí mismo. Eso sí, el sistema solo 'recuerda' los últimos 50 metros recorridos, siempre que se hayan completado a menos de 35 km/h. ¿Quieres verlo en acción? Entonces, no te pierdas el siguiente vídeo:
Así es el nuevo BMW 220d Gran Coupé, un modelo que ofrece todo lo bueno de una berlina, envuelto en una carrocería con unos elegantes trazos de coupé, que no renuncia a la dinámica de conducción propia de un deportivo. ¿Cuánto cuesta? 41.500 euros.
BMW 220d Gran Coupé