Aunque la electrificación es una solución excelente (prácticamente la única) para las restrictivas normativas europeas, lo cierto es que me sigue motivando mucho más comprobar el rendimiento y el tacto de conducción de un vehículo de combustión, que la autonomía sin emisiones o el tiempo de recarga de una batería. Por eso, conducir un modelo como el BMW X3 M 2020 me reconforta sobremanera.
Si crees que no es posible combinar de forma convincente una carrocería de tipo SUV, con un motor potente y un chasis de corte deportivo, la marca alemana lleva demostrándolo desde hace tiempo y este modelo es un ejemplo más de su buen hacer.
Desde luego, la firma de Múnich ha puesto todos los mimbres posibles para generar un automóvil capaz de abordar curvas, casi como si se tratara de un turismo... a pesar de las cerca de dos toneladas que registra en la báscula.
Obviamente, el BMW X3 M 2020 confía en un sistema de tracción total, en concreto el M xDrive, que da prioridad al tren trasero y, por ende, a la deportividad, hasta el punto de que solo envía parte de la fuerza mecánica al delantero cuando se producen pérdidas de motricidad. Dispone de dos programas, 4WD y 4WD Sport, en función de la predominancia que se desea para el eje posterior.
Por supuesto, también entra en juego la suspensión adaptativa M, con amortiguadores regulables electrónicamente, que ofrece al conductor los programas COMFORT, SPORT y SPORT+, los mismos que dispone el motor y la dirección M Servotronic, con asistencia y desmultiplicación variables.
Con el modo más 'racing', el SUV germano se vuelve realmente duro de suspensión, lo que demuestra que la marca alemana ha incluido una configuración pensada para circuitos de velocidad. ¡Bien por ella!
No debemos pasar por alto el diferencial activo M, encargado de distribuir el par motor de forma variable entre las ruedas traseras, para optimizar la motricidad al límite. Igualmente, hay que mencionar la transmisión automática con convertidor de par M Steptronic, con ocho velocidades, levas tras el volante y función Drivelogic, que abarca tres tipos de gestión: cambios suaves, rápidos y fulgurantes, por decirlo llanamente.
Los botones M1 y M2 sirven para memorizar configuraciones individuales de todos estos parámetros antes mencionados, mientras que, a la hora de frenar con contundencia, se encargan enormes discos delanteros de 395 milímetros y traseros de 370.
Por si fuera poco, el BMW X3 M presenta refuerzos en el chasis, coronados por una barra antitorsión de carbono en el vano motor.
Tranquilos, no se me ha olvidado la mecánica, una gran conocida de BMW. No en vano, es la última evolución del bloque de 3,0 litros y seis cilindros en línea de la casa, con dos turbos, que para la ocasión entrega 480 CV (510 si nos decantamos por el X3 M Competition) y 600 Nm, en un amplio margen de 3.000 vueltas.
Las prestaciones son las propias de un superdeportivo: 4,2 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h (4,1 en el M Competition) y 250 km/h de velocidad máxima, autolimitada electrónicamente por supuesto, que asciende a 280 con el M Driver's Package (285 con el X3 de 510 CV).
Si te estás preguntando cómo se puede diferenciar ambos vehículos, debes fijarte en las inscripciones específicas, además de en los acabados en negro brillante o en el escape deportivo M Sport del M Competition.
En general, entre el motor, la transmisión y el chasis se produce una simbiosis sensacional, de tal forma que el enorme empuje mecánico no implica tirones ni al subir o bajar de velocidad, ni tampoco sensación de descontrol del coche.
Así las cosas, las curvas de radio amplio se superan con una velocidad y una eficacia sobresalientes. En ellas, nada parece alterar la trayectoria adecuada, gracias, en parte, a unos anchos neumáticos, de 255 milímetros delante y 265 detrás (los de serie).
Ni siquiera en los giros más ratoneros se le 'saltan las costuras' al coche, que no se descompone en la trazada, aunque lógicamente sí se producen más inercias que en un turismo deportivo. Además, en fuertes frenadas, el morro apenas se hunde sobre el asfalto, lo que facilita la entrada en curvas.
Todo, complementado por una motricidad 'a prueba de bombas', que permite salir como un rayo hasta de horquillas complicadas, y por un sonido grave del escape, que sube la adrenalina al máximo. Seguro que empiezas a buscar secundarias perdidas a la mínima posibilidad...
Como comenté antes, la puesta a punto del coche puede ser muy deportiva, pero la configuración más 'suave' da mucho margen para largos viajes... en los que tendrás que estar muy atento a la velocidad, dado el poderío del bloque de seis cilindros.
En esos desplazamientos a velocidad constante, sí se puede obtener un consumo medio cercano a los 11,3 litros cada 100 kilómetros que declara el SUV alemán en ciclo WLTP.
Desde luego, este coche se encuentra a la altura de un Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio (510 CV) y un Porsche Macan Turbo (440 CV) en agrado de conducción y sensaciones al volante, hasta el punto de que la elección de uno u otro vendría dada por el apartado estético o el desembolso final.
Por cierto, en sus 4,72 metros de longitud, ofrece espacio más que de sobra para cuatro adultos de talla media y un amplio maletero de 550 litros, que son 1.600 con los asientos traseros abatidos. Como puedes comprobar, el BMW X3 M 2020 permite no renunciar a nada.
Llegamos al terreno prohibitivo, excepto para algunas economías superlativas: el precio. Por el X3 M de 480 CV hay que desembolsar 109.900 euros, que son 119.900 para el Competition. Por cierto, este mismo desglose se produce en el X4, por si a los interesados les parece más seductora la carrocería de corte coupé, aunque hay que pagar 2.000 euros más que en los X3.
En fin, ¿te imaginas tener esta combinación excelsa en los futuros BMW M3 y M4 Coupé? Salvo que se produzca algún cambio en las potencias o se comercialice alguna versión de propulsión trasera, este esquema mecánico y técnico se reproducirá tal cual en los nuevos deportivos, así que muchos ya tienen motivos para soñar...
BMW X3 M