En mis más de veinte años en esta profesión, he realizado viajes a lo largo y ancho de nuestro querido planeta, para probar todo tipo coches, sobre todo tipo de superficies. Sin embargo, en mi memoria permanecen solo los más espectaculares, teniendo en cuenta el tipo de firme o las condiciones climatológicas; los más divertidos, porque me han permitido disfrutar del automóvil más tiempo; los más excitantes, porque nos han puesto a prueba tanto al conductor como a la máquina… desde hace unas semanas, hay uno nuevo en mi archivo mental.

¿Por qué ha sido tan especial?

Sí, así es. No siempre tenemos una posibilidad como la que nos ha brindado la filial de Suzuki en España y su atractivo Suzuki Jimny 2019. Probamos coches a diario y viajamos casi todas las semanas, pero no siempre podemos disfrutar como lo hemos hecho en esta ocasión. Imagínate, hemos recorrido más de 1.000 kilómetros por Marruecos… por pistas, dunas, pedregales, cauces de ríos y carreteras. Todo, en cinco días intensos, donde hemos conducido una media de 10 horas, a una velocidad media de 43 km/h.

El compañero de viaje ha sido el Suzuki Jimny 2019 equipado con el motor de gasolina atmosférico, de cuatro cilindros y 1,5 litros, que desarrolla 102 CV. Asociado a este propulsor, encontramos una caja de cambios manual de cinco velocidades y un sistema de tracción que nos permite elegir entre circular con propulsión trasera, tracción a las cuatro ruedas o tracción a las cuatro ruedas con reductora. Para cambiar de modo, no es necesario, ni siquiera, bajarse del vehículo, basta solo con accionar una pequeña palanca adicional, situada por detrás de la palanca de la caja de cambios. 

Suzuki Jimny Desert Experience mapa

Primera etapa (Ouarzazate – Boumalne Dades, 166 kilómetros)

Tras volar desde Madrid, llegamos al aeropuerto de Ouarzazate. Allí, nos espera la organización con todos los Suzuki Jimny 2019 que utilizaremos estos días. Los coches están asignados por parejas y tengo la suerte de poder viajar junto a Nacho Salvador, director de la revista Autoverde 4x4 y experto en conducción todoterreno.

La primera parte de la ruta transcurre por carretera, donde recorremos unos 40 kilómetros. A continuación, nos adentramos en una de las pistas del sur del Atlas, para atravesar unos treinta y tantos kilómetros de un lugar que, en ciertos momentos, sirve de cauce para el agua que baja de la montaña, cuando llueve, y está repleto de piedras y tierra seca, en estos días. El tamaño, la forma y el perfil cortante de las piedras dificulta la conducción y, a veces, la velocidad de crucero es mínima, tan solo 3 o 4 km/h. Es el típico lugar donde, como dice un buen amigo, "nacen las piedras", así que podéis imaginaros la magnitud del desafío para el coche, con especificaciones totalmente de fábrica y neumáticos convencionales.

Acabada la pista en la población de Skoura, provincia de Ouarzazate, volvemos al asfalto para recorrer los 90 kilómetros que nos llevan hasta Boumalne Dades, ya en la provincia de Tinghir, donde pasamos la primera noche. Como resumen de etapa, solo cabe resaltar las actitudes de todos los Jimny, que han conseguido acabar con un solo pinchazo y sin el más mínimo rasguño.

Suzuki Jimny Desert Experience (Etapa 1)

Segunda etapa (Boulmane Dades – Todra – Erg Chebbi [Hotel Yasmina], 332 kilómetros)

La jornada comienza temprano. Sobre las siete y poco de la mañana, ya estamos en la carretera para adentrarnos en las montañas del Atlas y recorrer la ruta de las Mil Kasbahs y las Gargantas del Dades, hasta la comuna de M´Semrir, en la provincia de Tinghir. Allí, entramos en unas pistas agrestes, llenas de desniveles, precipicios y rocas, rodeadas por increíbles parajes desérticos, para alcanzar la población de Tamtatoucht. El Jimny, mientras tanto, se abre camino allá por donde vamos y nos permite llegar a nuestro destino, sin castigarnos.

Proseguimos el viaje en carretera por las espectaculares Gargantas del Todra, para llegar hasta Tineghir, una ciudad al este de Marruecos, situada al pie de las montañas del Atlas. Desde allí, circulamos por los valles del norte de la montaña conocida como Jbel Ougnat, provincia de Er-Rachidia, alternando pistas y pequeñas dunas, con la idea de llegar hasta el precioso hotel Yasmina, donde pasamos la noche, antes de adentrarnos, al día siguiente, en las dunas de Erg Chebbi.

Suzuki Jimny Desert Experience (Etapa 2)

Tercera etapa (Erg Chebbi [Hotel Yasmina] – Erg Chebii [haimas], 66,4 kilómetros)

Una de las experiencias más espectaculares del viaje empieza un par de horas más tarde de la salida del sol. Antes de iniciar la marcha, los compañeros de la organización han puesto las presiones adecuadas a los neumáticos del Suzuki Jimny. Cuando digo las presiones adecuadas, me refiero a quitar algo de presión a las ruedas, ruedas convencionales, os recuerdo. En esta etapa, los conocimientos de mi compañero, Nacho Salvador, son cruciales, porque, además de las recomendaciones de la gente de la organización que abre la caravana, Nacho sabe 'cómo leer las dunas'. No os imagináis lo importante que es tener estos conocimientos, para evitar sustos al coronarlas y precipitarte sin control a la olla (parte interior de la duna) o quedarte empanzado, antes de llegar arriba, cuando la arena es muy blanda.

Suzuki Jimny Desert Experience (Etapa 3)

Si mi compañero y la organización merecen un '10' en puntuación por la ayuda que nos facilitan, el Suzuki Jimny tendría que recibir un '20': un '10' por comportamiento dinámico y un '10' por lo fácil que resulta conducirlo. No ha habido ni un solo percance. Ningún coche se ha quedado atrancado, así que no ha sido necesario recurrir a elementos como planchas o palas para continuar. El Jimny se ha valido por sí solo.

A lo largo del día, hacemos kilómetros y kilómetros por las dunas y una de las pistas de arena del antiguo Dakar, para llegar, antes de que anochezca, a un campamento de haimas, donde haremos noche. Allí, antes de la cena, nos alcanza una tormenta de arena, pero no hace otra cosa que aportar emoción a un viaje inolvidable.

Suzuki Jimny Desert Experience (Etapa 3)

Cuarta etapa (Erg Chebii [haimas] – Boulmane Dades, 333 kilómetros)

Han pasado ya tres días y estamos a punto de comenzar el cuarto, pero parece que llegamos ayer. Amanece sobre las cinco de la mañana en el campamento, pero hasta las siete y poco no nos ponemos en marcha. Volvemos a la pista de arena del anterior Dakar, para seguir, después, el curso del río Draa, por la conocida 'Pista Prohibida'. A continuación, atravesamos Ramlia por la parte sur, para alcanzar un lugar casi perdido, que bautizamos como el 'Mirador Jimny'.

Poco después, volvemos al asfalto y nos dirigimos hasta Alnif, provincia de Tinghir, tras conducir unos 115 kilómetros. Toda la caravana de Jimny sigue intacta, no ha habido ningún percance y todos y cada uno de los coches han superado con creces la difícil tarea de superar el desierto marroquí. Entre parada y parada, celebramos que uno de los coches de la organización ha sido el segundo Jimny en España que ha alcanzado los 10.000 kilómetros. ¡Bravo por el inagotable Jimny!

Proseguimos la marcha, ahora ya casi totalmente por asfalto. A primera hora de la tarde, la lluvia hace acto de presencia. Aquí, el agua cae 'como si no hubiera un mañana' y, en poco tiempo, las bajadas de las montañas se desbordan y convierten algunos pasos de carreteras en auténticas trampas para los coches. Sin embargo, para el Jimny es solo otra prueba más y… también sale airoso. Antes del anochecer, llegamos a Boulmane Dades y pasamos nuestra última noche en Marruecos.

Suzuki Jimny Desert Experience (Etapa 4)

Quinta etapa (Boulmane Dades – Ouarzazate, 125 kilómetros)

Último día de viaje. Más de 1.000 kilómetros al volante. Si os dijera que no estamos cansados, mentiría, pero ya sabéis aquello de 'sarna con gusto no pica'. Hemos conducido unas diez horas de media al día, sorteando obstáculos de todo tipo, pero gracias al Suzuki Jimny y a los increíbles paisajes que hemos avistado, todo ha sido “mucho más fácil”.

Nos queda una etapa por carretera asfaltada que sirve de enlace para llegar hasta Ouarzazate. El ritmo es tranquilo, demasiado tranquilo, parece que nadie tiene ganas de llegar al aeropuerto y volver a casa. En carretera, el Jimny está bien insonorizado y es bastante cómodo. Muestra las maneras típicas de un todoterreno de los de verdad, con una dirección asistida que pide hacer algunas correcciones para mantener la línea recta, algo normal en un automóvil de estas características.

Suzuki Jimny Desert Experience (Etapa 5)

Una de las grandes ventajas es su contenido peso, solo 1.090 kilogramos, detalle fundamental para sortear con agilidad las dunas, las zonas más complicadas y… hacer kilómetros en carretera sin que los consumos se disparen. El Jimny es uno de esos coches que dejan huella y, con los días que hemos compartido, pasará a formar parte de esas historias que podré contar a mis nietos… cuando me haga mayor. Mientras tanto, seguiré hablando de nuestro viaje juntos, como uno de los más espectaculares que he podido disfrutar.

Mi más sincera enhorabuena a Suzuki España y a toda la gente de la organización por dejarnos disfrutar de un evento sin igual, en el que no ha faltado detalle alguno. Gracias a todos.