A priori, hay algunas cosas que, aunque lo sepas de antemano, tu mente no termina de asimilar. Por ejemplo, que una berlina deportiva nacida en Baviera, como el BMW M5 2019, cuente con tracción total. Eso suena un poco más a Ingolstadt... ¿verdad?
Porque sí, más allá de la evolución del motor V8 hasta los 600 CV, lo que más llama la atención es la adopción del sistema de tracción total M xDrive, dotado de un diferencial activo en el eje trasero. Y eso que hace ya casi un par de años que se presentó...
Pero las cosas son como son y en el circuito del Jarama está diluviando. Y el caso es que circulo derrapando, como si tal cosa, por algunas de las curvas más técnicas del trazado madrileño. Y entonces, mis pensamientos ya están en otra cosa... ¿No hay opción de limpiaparabrisas en la ventanilla del conductor?
Puede que la clave de mi diversión (y de que aún no me haya salido de la pista) es haber activado el modo 4WD Sport, bastante más permisivo, pero con el sistema de tracción total ejerciendo de ángel de la guarda. Porque sí, si quiero conducir un propulsión trasera auténtico, basta con accionar el modo 2WD. Pero la verdad es que el día no está para eso...
Además, todavía le estoy cogiendo el punto a la conducción y lo que veo me gusta: la sensación de control es muy buena y puedo guiar el coche justo por donde quiero, la trazada óptima.
Antes de abandonar el tema de la tracción, déjame que haga una reflexión. Con la solución tomada por BMW, creo que se contenta a todo el mundo: desde el cliente que se adentra por primera vez en el mundo M, hasta los conductores más puristas y exigentes.
Porque no lo pasemos por alto, en su configuración 4x2, el BMW M5 2019 es una berlina rápida, precisa e infalible, pero también, tremendamente exigente.
Pon un V8 en tu vida
Desde el abandono del motor V10, que estuvo disponible con el E60 hasta 2010, el M5 ha apostado con firmeza por los motores de 8 cilindros en V. En este caso, se trata de un 4.4 V8, con dos turbos, que alcanza los 600 CV de potencia, entre 5.600 y 6.700 rpm, y los 750 Nm de par máximo, entre 1.800 y 5.600 vueltas.
Con semejantes datos, no es de extrañar que acelere de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos (y de 0 a 200 en 11,1 segundos) o que la velocidad máxima esté autolimitada a 250 km/h. Eso sí, como suele suceder con los modelos M, se puede optar por una opción más permisiva, que eleva el listón hasta los 305 km/h.
BMW M5 2019: rápido, en todos los escenarios
Acelerando en la recta, puedo imaginarme de lo que sería capaz este modelo en un tramo de autopista alemana, sin límite de velocidad. Desde luego, debe de ser algo parecido como cuando, a bordo del Halcón Milenario, Han Solo y Chewbacca activan la hipervelocidad.
Bromas aparte, la respuesta es impactante y casi instantánea. Responsabilidad que también recae sobre la transmisión automática con convertidor de par M Steptronic, de ocho marchas. Sí, has leído bien, el M5 ya no lleva doble embrague... y, aparentemente, ni falta que le hace.
A fin de cuentas, en el modo manual, con levas, las transiciones son suaves y extremadamente rápidas. Tal vez, el cronómetro más preciso del mundo podría encontrar alguna diferencia respecto a las mejores cajas de doble embrague, pero mi cerebro no.

Ahora bien, además de ser divertido en circuito, también es 'utilizable' fuera de él. Partiendo de un modelo con unas cualidades sobresaliente, como el Serie 5 (F90), nuestro protagonista ha conseguido aglutinar ambas tendencias mejor que nunca.
Para demostrarlo, déjame que te hable desde el punto de vista sonoro. En carretera, siendo cuidadoso con el acelerador, el coche es silencioso; también, en lo que a ruidos aerodinámicos y de rodadura se refiere. Sin embargo, cuando te decides a extraerle el máximo partido, el sonido que emite el escape es espectacular.
En la parte dinámica, tampoco se le pueden poner pegas. En carreteras convencionales, resulta complicado encontrar una superficie ante la que el M5 se muestre en apuros. Incluso, en los modos de conducción deportivos, tampoco llega a ser incómodo.
A cambio, ofrece una sensación de aplomo increíble en curvas rápidas, algo especialmente llamativo, teniendo en cuenta su peso y dimensiones. Un mérito que, en gran parte, es responsabilidad de la suspensión adaptativa.

Un corredor que sabe frenar
Es una de nuestras máximas. Si un coche corre, tiene que frenar. Y de eso se ocupa un equipo con pinzas delanteras de seis pistones M Compound. Aunque, por supuesto, hay un excepcional equipo carbocerámico, disponible como extra... a un precio casi prohibitivo. Ahora bien, durante la prueba, en carretera y circuito, no he apreciado signos de desgaste en el sistema incluido de serie.
Realmente, el único punto con el que alguien podría sentirse ligeramente defraudado (y enfatizo, ligeramente) es con la dirección asistida eléctrica; al menos, en términos de información acerca de lo que sucede sobre el asfalto.

¿El precio? Desde 136.700 euros
Esa es la cifra a pagar por el BMW M5 2019. ¿Te parece mucho? ¿Poco? ¿Normal? Bajo mi punto de vista, razonable, teniendo en cuenta todo lo que ofrece, en términos de rendimiento y prestaciones.
Además, hay algo en él que me parece bastante interesante: que te permite disfrutar por igual en un circuito, en una carretera de montaña o en el día a día, cronometrando el trayecto de casa al trabajo...
BMW M5