Este Mazda MX-5 del año 1990, perteneciente a la primera generación NA, ha visto días mejores. Acabó aparcado en una nave hace seis años después de que el propietario decidiera formar una familia... y ahí se quedó. Al menos estaba guardado y, afortunadamente, nunca se olvidó de él.

El equipo de WD Detailing acudió a la llamada del dueño para devolverlo a la vida y se puso manos a la obra, tal y como puedes comprobar en el vídeo adjunto. El coche es el primero de su propietario y está pintado en color azul claro, aunque la suciedad lo tape bastante.

Los restauradores se muestran preocupados por el motor y el tren de rodaje, ya que el suelo estuvo húmedo todos esos años. El roadster japonés debería limpiarse bien, ¿pero funcionará correctamente?

Primero, veamos el tema de la limpieza. El proceso comienza aspirando el exterior, sobre todo la parte delantera, donde están todas las astillas de madera. A continuación se centran en las llantas de acero del 'Miata', seguidas de un satisfactorio lavado a presión y un buen enjabonado a la capota.

En este punto, el clásico MX-5 ya tiene un aspecto estupendo, pero entonces llega la primera sorpresa desagradable: hay bolsas de plástico bajo el motor, encima de la tapa inferior. Se cree que una zarigüeya vivió allí durante un tiempo. Afortunadamente, el 'nido' de bolsas era todo lo que quedaba.

Con el capó levantado, podemos comprobar que el color original del coche era blanco. El vano motor se limpia bien, aunque el óxido superficial y la corrosión están bastante presentes.

Mazda Miata 1990 detalle
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El interior se limpia excepcionalmente bien teniendo en cuenta la cantidad de suciedad y moho existentes. Con el trabajo completado, el único daño visual es el óxido en las llantas. El resto del coche parece recién salido de los años 90.

Por desgracia, el motor se niega a arrancar. Pretende hacerlo, pero ni siquiera se enciende con el líquido de arranque. Una prueba de compresión muestra aproximadamente 90 CV en todos los cilindros (una cifra inferior a la que debería ser). Esperemos que la zarigüeya no haya causado estragos durante su estancia. Al menos los faros emergentes funcionan bien.

El propietario era todo sonrisas al ver el 'Miata' limpio por primera vez. Deseamos que se solucione el problema del motor y este coche vuelva pronto a la carretera, ¡porque se lo merece!